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Procuraduría Eljach “pinta” peor que la de Cabello

Cecilia Orozco Tascón
15 de enero de 2025 - 05:05 a. m.
Presidente Gustavo Petro posesionó a Gregorio Eljach como nuevo procurador general.
Presidente Gustavo Petro posesionó a Gregorio Eljach como nuevo procurador general.
Foto: Juan Diego Cano
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Según noticia escandalosa que no produjo reacción alguna porque fue divulgada en la tarde del 31 de diciembre pasado –momento bien calculado pues, ese día, a nadie le importa nada que no sea su reunión de año nuevo–, el condenado exgobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, recibió la bendición de la Procuraduría cuando lo declaró inocente en un segundo proceso idéntico a otro (el primero que enfrentó) que lo llevó a vivir en la cárcel –en donde se encuentra hoy– durante 21 años, ocho meses, de acuerdo con la sentencia de la Corte Suprema que lo halló culpable de la pérdida de considerables dineros públicos en su primera gobernación (2012 – 2015). En 2020, Monsalvo, elegido de nuevo gobernante de su tierra, pareció caer en prácticas similares con la dilapidación de la plata estatal, motivo por el cual la Procuraduría le formuló, inicialmente, pliego de cargos, y la Fiscalía le abrió investigación penal. Pero la subalterna de la señora Margarita Cabello que revisó este asunto concluyó que Monsalvo es un santo varón: “La Procuraduría lo exonera de responsabilidad por las presuntas irregularidades en contratos durante la pandemia” (ver). Bueno, dirán ustedes, cabe la posibilidad de que el reo, hijo de la “madrina” del temible clan Gnecco, Cielo Gnecco, haya aprendido la lección, y que, en esta ocasión, sea inocente. Sin embargo, otra decisión judicial contradice la de la Procuraduría: el 23 de octubre del 2024, es decir, apenas dos meses, ocho días antes de la absolución del organismo presidido por Cabello, la Fiscalía acusó a Monsalvo de incurrir, en ese mismo caso, en los delitos de peculado (apropiación ilícita de dineros públicos) en favor de terceros, y celebración de contrato sin requisitos (ver).

Entonces uno puede preguntarse si la Procuraduría presidida hasta hoy, 15 de enero de 2025, por una coterránea caribeña de los Gnecco, le hizo un favor a un miembro del clan corrupto, o si la Fiscalía se equivocó. Me inclino por la primera opción: en primer lugar, Monsalvo, su mamá, sus primos y tíos (varios de ellos, también condenados) no son un dechado de virtudes. En segundo lugar, Cabello ha demostrado que puede hacer lo que quiera sin que nadie la procese, incluso, con su poder sancionatorio: tan fácil como absolvió a Karen Abudinen (ver) su amiga, paisana barranquillera y sumisa miembro de sus aliados políticos locales (los Char) y nacionales (Duque y Uribe), le impuso una rápida y dura sanción de destitución al excanciller Álvaro Leyva (ver), a pesar de que en el caso de la exministra ya se comprobó el robo de $70 mil millones mientras que en el de Leyva todavía no hay conclusiones dinerarias. Decepciona que el final de esta era no signifique la corrección moral que merecemos los ciudadanos decentes. Su sucesor, Gregorio Eljach, exsecretario de sus futuros investigados y cuya carrera es producto del cacicazgo y la politiquería, empezó a destapar sus cartas. En sendas entrevistas del pasado fin de semana, sus respuestas flojas, genéricas y superficiales reflejan lo que será su periodo. “Bajar la polarización y no hacer barrida burocrática”, ¿son sus propósitos renovadores? (ver). A decir verdad, no podía esperarse más de Eljach. Sorprende, sí, el desparpajo con que califica a Cabello como “jurista connotada…” solo por los altos cargos que le han entregado sus padrinos políticos; también asombra la desfachatez de Eljach cuando afirma que “se precia de ser su amigo y coterráneo”. Las denuncias documentadas sobre el periodo Cabello quedarán en la absoluta impunidad.

La lucha contra la corrupción no es la prioridad del nuevo procurador, quien se exhibe como un individuo sin independencia ética y sin equipo profesional, como lo confiesa, penosamente, cuando responde que “tenemos que hacer la curva de aprendizaje” y que, por eso, “es probable que el día que asuma (hoy) no tenga a quién designar como viceprocurador…” El reportero, entonces, le pregunta: “¿Y, por ende, queda el que está”? Su respuesta da vergüenza: “claro, porque no hay más” (!!!). La Viceprocuraduría General de la Nación es el segundo cargo más importante del Ministerio Público. Si Eljach no tiene, ni siquiera, a quién designar para ese puesto de confianza, está fregado. En la práctica, mantener al viceprocurador de Cabello es prolongar la jefatura de ella y renunciar a su propio mandato. El subalterno inmediato de la saliente procuradora y de Eljach, Silvano Gómez Strauch, es oriundo de Valledupar, la capital de los dominios del recién absuelto Monsalvo y de su madre, Cielo. No se puede afirmar que, por ese único indicio, Gómez Strauch sea un inepto moral. Sí se puede asegurar que ha llegado a los cargos públicos que ha detentado, por vía de la política tradicional: su cadena de nombramientos inició con el exprocurador Edgardo Maya quien, a su vez, ha gozado de jugosos contratos en la era Cabello; la hermana de Gómez Strauch, Thelma, fue concejal de Valledupar y su esposo (cuñado del viceprocurador irremplazable), Yesith Triana Amaya, es edil actual de esa ciudad. La pareja Triana-Gómez es aliada de los Gnecco: el sinfín del clientelismo. Eljach empezó su gestión con vistoso tropezón de credibilidad y pinta peor que la de su antecesora.

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Leonel(5u51g)20 de enero de 2025 - 11:25 a. m.
Vamos a ver que pasa, pero nada puede superar las tramposerias de margarita cabello.
Sergio(31391)17 de enero de 2025 - 08:58 p. m.
Tan connotada columnista que siempre hila fino, se le pasó decir lo más importante, que Eljach está ahí porque lo nominó el presidente Petro, ese que no tiene reparos morales al hacer alianzas con politiqueros, una más para la cuenta. Una procuraduría que no va a actuar contra los de antes y menos contra los de ahora, por ejemplo: ese escándalo de la UNGRD va a pasar de agache en lo disciplinario.
Miguel(63706)17 de enero de 2025 - 05:04 a. m.
Lo que es la rosca ... este entramado de la Cabello con el conglomerado costeño de los Gnecco, Maya, concejales, ediles y demás cargos, no es más que la confirmación de que Colombia es la finca de las grandes y poderosas familias, cada una con su respectiva región para explotar, es un feudalismo en pleno siglo XXI. Y el pueblo, aguanten hijitos que pa eso existen !
Jorge(61056)16 de enero de 2025 - 09:51 p. m.
Cada vez peor .... que nos espera a los ingenuos optimistas, que ilusos pensábamos que este procurador, que se vendió como el mejor postulado para el cargo termine siendo una figura mas de la asqueante politiquería criolla, y es que además tiene pinta de eso. . que asco¡¡¡¡
Carlos(9305)16 de enero de 2025 - 09:21 p. m.
Y así será.
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