Ciertamente, el presidente Petro y sus “revoluciones” pasan por una etapa crítica: el golpe a la imagen del mandatario, que ha sufrido merma por el estallido de un escándalo familiar de delicadas connotaciones para uno o dos de sus parientes, ha disminuido su fuerza política que lo hacía casi invencible ante sus opositores por la renovación social que todavía él personifica. En la esquina contraria, es también innegable que varios expresidentes de la República, los caciques electorales en época de caza de votantes y los grupitos de venta de avales andan frotándose las manos con el descenso del poder de Petro que puede implicar...
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