Me encontré por casualidad con uno de los peores casos que se han conocido recientemente de negación de justicia, discriminación, revictimización y hostigamiento. La víctima es una denunciante de abusos sexuales y laborales que creyó, ingenua ella, que tenía derecho a la igualdad judicial en Colombia. Se trata de una joven funcionaria que informó, de manera documentada, sobre los acosos prolongados de su jefe, no solo sin éxito sino con graves consecuencias para ella. Su historia fue publicada por el periodista Édinson Bolaños en la revista Raya, un medio virtual de excelente pronóstico por la seriedad con que aborda sus informes, en contraste con la frivolidad farandulera de quienes se disputan el número en lugar de la calidad de sus audiencias. En el relato se detalla cómo la que era empleada de rango medio del Ejército (primero, secretaria; después, agente de Inteligencia) fue sometida a presión sexual durante tres años y, luego, a maltratos y venganzas laborales de su superior jerárquico, un oficial de lustrosa carrera. En contraste con la linda pero solitaria subalterna, el oficial dispone de una cobertura social que lo protege por su condición de “héroe” de guerra y de excandidato a la Vicepresidencia de la República: fue compañero de fórmula electoral de, nadie más ni nadie menos, Íngrid Betancourt, fulgurante figura femenina de la política nacional.
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Un “héroe” cuestionado
22 de marzo de 2023 - 05:00 a. m.