En una carta dirigida a Dawson Scott, una de sus amigas más cercanas, la escritora inglesa Charlotte Mew (1869-1928) dictaminó: “Solamente tenemos en este mundo media hora; hagamos lo que podemos”. Mew hizo lo que pudo. En su infancia hizo de entrada una rigurosa dieta de jugo de limón a pesar de las terribles advertencias familiares. Por fortuna no adelgazó como todos temían. Y siguió creciendo. El cuerpo (siempre) delgado, el pelo (siempre) corto. ¿Una antítesis de la reina Victoria? Sin duda, diría yo. En cuanto a la moda, Mew solo tenía a los 14 años dos opciones: un vestido color marrón con una cruz de oro para los domingos y...

Por Luis Fernando Charry
Escritor, periodista y editor
Conoce más