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El poeta y la sociedad

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Luis Fernando Charry
09 de agosto de 2025 - 05:00 a. m.
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Los poetas (me consta) tienen mala fama. Y se la merecen. Ángel Rama, al referirse a los poetas modernistas latinoamericanos y a sus antecesores europeos del siglo XIX, sentencia: “Ser poeta pasó a constituir una vergüenza. La imagen que de él se construyó en el uso público fue la del vagabundo, la del insocial, la del hombre entregado a borracheras y orgías, la del neurasténico y desequilibrado, la del droguista, la del esteta delicado e incapaz, en una palabra —y es la más fea del momento— la del improductivo”.

En esta misma línea va el comentario de Rafael Gutiérrez Girardot sobre una famosa conferencia de Hofmannsthal —“El poeta y este tiempo”—, en la que Hofmannsthal describe las relaciones entre el poeta y la sociedad y compara la situación del poeta con la del peregrino aristocrático de una leyenda al que se le ordenó abandonar su casa, su esposa y sus hijos para marcharse a la tierra sagrada. Un tiempo después regresa a su propia casa. Pero antes de entrar se le impone un requisito: hacerlo en condición de mendigo y ocupar el lugar de la servidumbre. Dice Gutiérrez Girardot: “El poeta que la sociedad burguesa relega al sitio donde duermen los perros, el que vive como un mendigo y exiliado en su casa, el que da sentido a las contradicciones del presente y es su cifra secreta, el que ‘está ahí y nadie lo nombra’ ¿no es acaso el poeta o el artista que, como los artistas del cuento de Darío, ‘El velo de la reina Mab’, convierte el lugar debajo de la escalera, o la buhardilla, en un reino y al hacerlo reafirma su función perdida en la sociedad?”. Es posible. Aunque para reafirmarse conviene primero aprender a defenderse.

Por desgracia, no todos han aprendido. En el manifiesto “Defensa de la poesía”, incluido en la antología Poesía ante la incertidumbre, un grupo de jóvenes poetas hispanoamericanos proclama: “Los poetas somos personas normales, con los mismos temores y preocupaciones que el resto de los seres humanos, aunque tratemos de mirar con atención lo que nos rodea, buscando lo que hay detrás de la apariencia, para después afrontar el acto de incertidumbre que es escribir un poema que pueda arrojar algo de luz a la realidad”. La parte final de esta declaración tiene un poco de encanto; la parte inicial, en cambio, no tiene encanto ya que reitera un manido anhelo igualitario: si los poetas son como el resto de los mortales, entonces el resto de los mortales también podría escribir poemas. De esta calamidad (un mundo poblado exclusivamente de poetas sería el peor de todos los mundos posibles) se podría deducir que la poesía está al alcance de todos. Y no es así: solo está al alcance de pocos.

¿O acaso cuántos poetas hay en la historia? ¿Cinco? ¿Diez? ¿Quince? Dejémoslo, por ahora, en diez. De esos ¿cuántos fueron “normales”? Ninguno. ¿Debo mencionar al menos un par de anécdotas? Tal vez no: muchas, la mayoría, todo el mundo ya las conoce (además están gratis en Wikipedia: la penúltima fuente de conocimiento instantáneo) y solo sirven para ilustrar de un modo obsceno la función de los poetas en la sociedad y de paso su mala fama: borrachines, pendencieros, holgazanes, corruptores. Razón tenía Platón cuando dijo lo que dijo.

Luis Fernando Charry

Por Luis Fernando Charry

Escritor, periodista y editor
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Laura Paez Soto(47810)10 de agosto de 2025 - 01:03 a. m.
No es mentira, muchos creen que el único poeta bueno es el poeta muerto, la única poeta buena es la poeta muerta. La improductividad y la contemplación no son bien vistas. LLos poetas "Hallaron en el ritual de la perdición su teatro, pues saben que son los únicos felices de estar vivos."
Laura Paez Soto(47810)10 de agosto de 2025 - 01:00 a. m.
No es mentira, muchos creen que el único poeta bueno es el poeta muerto, la única poeta buena es la poeta muerta. Vivos no los quieren.
Helga66(40077)09 de agosto de 2025 - 05:04 p. m.
Los artistas en general no sin iguales. Escritores, pintores, cineastas y escultores son gente diferente. Tienen que serlo para ser artistas. Saben desnudar el alma y eso no es un trabajo como abogado o cocinero o ingeniero.
Contrapunteo (18670)09 de agosto de 2025 - 05:00 p. m.
Exageradito con los poetas, otra cosa es que ello se la crean.
Gabriel Correa(84522)09 de agosto de 2025 - 03:48 p. m.
Platón dijo lo que dijo aplicado solamente a los poetas “miméticos”, no a todos los poetas
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