Fidelidad cinematográfica

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Luis Fernando Charry
16 de diciembre de 2023 - 02:05 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

¿Qué se entiende por “fidelidad” cuando se adapta una obra literaria al cine? No se trata de fidelidad en relación con la realidad (o, si el término no les resulta a los lectores un poco arrogante, de “correspondencia”), sino más bien de fidelidad en la adaptación cinematográfica con respecto a la obra literaria. En esta instancia, como André Bazin alguna vez subrayó, los conflictos empiezan a surgir: “(…) En efecto hay razones de peso para afligirse por la forma con que demasiado a menudo se emplea el capital literario, pero, más que por respeto a la literatura, porque el cineasta saldría ganando mucho si buscara una mayor fidelidad. La novela, que ha evolucionado más y se dirige a un público relativamente cultivado y exigente, propone al cine unos personajes más complejos y, en las relaciones entre fondo y forma, un rigor y una sutileza a los que la pantalla no está habituada. Es evidente que si la materia sobre la que trabajan guionistas y directores es a priori de una calidad intelectual muy superior a la medida cinematográfica, dos usos son posibles: o bien esta diferencia de nivel y el prestigio artístico de la obra original sirven simplemente como marca del film, de contingente de ideas y de etiqueta de calidad —es el caso de Carmen, de La cartuja de Parma o de El idiota—, o bien los cineastas se esfuerzan honestamente por hallar una equivalencia integral, intentan al menos no solo inspirarse en el libro, no solo adaptarlo, sino traducirlo a la pantalla, y surgen films como La sinfonía pastoral, El diablo en el cuerpo, El ídolo caído o Diario de un cura rural. No tiremos la piedra a esos imagineros que ‘adaptan’ simplificando. Su traición, lo hemos dicho, es relativa y la literatura no pierde nada. Pero son los segundos, evidentemente, quienes traen la esperanza al cine”.

De esta explicación de Bazin hay varias cuestiones llamativas. Primero: los directores de cine deberían tratar de alcanzar en la película el mayor grado de fidelidad de que sean capaces. Segundo: la novela, por su desarrollo histórico, puede aportarles a guionistas y directores una “base argumental” idónea para elaborar personajes o argumentos tan memorables como en las novelas. Tercero: en el buen uso de esa “base argumental” está en juego el éxito de una adaptación. Cuarto: el hallazgo de una serie de equivalencias adecuadas reforzará el proceso de conversión de un código lingüístico a un código iconográfico. Quinto: la adaptación cinematográfica es como una traducción: “Debido precisamente a las mismas razones que hacen que la traducción palabra por palabra no sirva para nada, y que la traducción libre nos parezca condenable, la buena adaptación cinematográfica debe llegar a restituirnos lo esencial de la letra y el espíritu”.

Bazin iluminó parte de este conflicto de la mano de una anécdota según la cual Robert Bresson se propuso adaptar Diario de un cura rural siguiendo “el libro no ya página a página sino frase a frase”. Una tarea irrealizable, o en el mejor de los casos, un modo demasiado rotundo de manifestar una ambición, una ambición un poco demencial cuyo sentido profundo, claro, posibilita un nuevo despliegue creativo de la adaptación cinematográfica.

Luis Fernando Charry

Por Luis Fernando Charry

Escritor, periodista y editor
Conoce más

Temas recomendados:

 

bernardo(19305)16 de diciembre de 2023 - 02:38 p. m.
No debe ser fácil. Llevaron al cine El Amor en los tiempos del Cólera, y fue tan descalificadora la crítica de ustedes los intelectuales que preferí no verla para no sentirme ofendido.
Javier(18622)16 de diciembre de 2023 - 02:29 p. m.
¿Capital literario? En semejante ladrillo de párrafos-fárragos.
Atenas(06773)16 de diciembre de 2023 - 01:47 p. m.
Interesante.Al respecto, Gabo, tenía una posición muy clara sobre el disgusto q’ le causaba llevar obras suyas al cine toda vez q’ es este un arte expuesto al surrealismo. O simple bosquejo q’ es el debate q’ ocurre hoy en Francia con la cinta Napoleón pese a los laureles del director y del protagonista. En ocasiones me pregunto cómo llevar a cabalidad todo el trasfondo de la carga emocional q’ se respira en la célebre obra Crimen y castigo de F.Dostoyevski, q’ pa mí sería imposible. Bye,Atenas.
Leandro(exbqo)16 de diciembre de 2023 - 11:33 a. m.
La lujuría verbal de Gabo es muy difícil de concretarla con la misma sazón en una película de máximo tres horas. Tiene que hacerla un buen director que capte el espíritu caribeño. "La crónica de una muerte anunciada" del director italiano parece hecha con "condón".
Gines(86371)16 de diciembre de 2023 - 03:59 a. m.
UNO. Decía el escritor Bernardo Arias Trujillo, a propósito de su traducción de la “Balada de la cárcel de Reading” de Wilde, que: “a objeto de tener un buen logro en la interpretación de un poeta, son necesarias por lo menos algunas afinidades espirituales entre traductor y traducido, para ser posible la consecución de un máximo de zumo artístico y de fidelidad en las versiones”. Estimo que en el cine sucede algo análogo.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.