El hotel Bacatá, en la calle 19 con carrera 5, fue demolido y en su lugar está despegando el Bacatá Bogotá Downtown –BD-Bacatá– un rascacielos de 67 pisos para hotel, vivienda, comercio y oficinas. Bajo tierra habrá seis sótanos para parqueo y abastecimiento.
Del suelo hacia arriba, el proyecto incumple las normas en varios aspectos: no tiene Plan Parcial, no deja los aislamientos exigidos, no aplica correctamente las normas sobre aislamientos, no cumple con el índice de construcción, no pagó la plusvalía correspondiente a la mayor edificabilidad y, para rematar, son múltiples las inconsistencias entre lo que dice el texto de la licencia y los planos aprobados.
Bajo tierra, los parqueaderos están dimensionados por lo bajo y a menos que uno tenga un Clío, un Aveo, o si a uno le ha ido muy bien, una Mini Cooper, la mayoría de los automóviles que se utilizan hoy en día no cabrán cómodamente en los espacios destinados. Peor aún: como la estructura del edificio es de pantallas de concreto y no de columnas, la mayoría de los cupos quedará encajonada entre muros, de manera que cada carro tendrá únicamente la posibilidad de abrir una puerta. Si la puerta es la de la conductora y ésta va de falda y tacones, mi solidaridad anticipada con la contorsionista.
En lugar de tomar como modelo un parqueadero, modelo años 50, como el del Centro Internacional, preferir los depósitos para carros, modelo años 80, de algún conjunto de vivienda en Cedritos. Una época sin consideraciones para minusválidos ni furgonetas de abastecimiento dentro de los parqueaderos. Una época en la que las camionetas tipo burbuja se llamaban mafionetas. Y una época que visualizaba un futuro automotor para el siglo XXI dominado por los descendientes de los Renault 4, 6 y 12.
Como el proyecto está aprobado por la Curaduría No. 4, siendo prácticos, o cínicos, que para el caso es lo mismo, todos intuimos que si la dirección a seguir es Paloquemao, para cuando la obra esté terminada habrá dos torres de altura similar: una torre en concre–vidrio, en un lugar equivocado de la calle 19 de Bogotá; y otra torre de folios amarrados con piola, acumulando apelación sobre apelación, en los juzgados de Paloquemao.
La buena noticia es que la Secretaría Distrital de Movilidad -SDM- está estudiando el caso. Si exige lo que debería exigir, el proyecto disminuirá necesariamente su área construida, por el sencillo motivo que si se acoge a los requerimientos que la ciudad necesita, no le cabrán los vehículos que el proyecto necesita. Confiemos en la SDM.
Juan Luis Rodríguez
