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Además de los chocoanos, ¿alguien piensa en Chocó?

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Claudia Morales
08 de julio de 2016 - 02:00 a. m.
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Algunos celebraron el hecho de que el nuevo ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, haya nacido en Chocó; el país aplaude los premios que gana aquí y afuera el grupo chocoano Chocquibtown; en el mundo es reconocida la diversa y bella biodiversidad del departamento y no pocos hemos sido testigos del paso de las ballenas jorobadas por sus costas.

Si Chocó no quedara en Colombia, sería tratado como el paraíso en la tierra. Dadas sus condiciones geográficas, su gente hermosa, la comida y sus recursos, sería el lugar consentido. Pero como de utopías no vivimos, además de hechos y personas que sacan la cara por el departamento y que nos hacen a algunos quererlo, lo cierto es que Chocó ha estado y está muy lejos, lejísimos, de ser la niña de los ojos de nuestros sucesivos gobiernos.

En La Luciérnaga denuncié la parálisis y los sobrecostos de algunas de las obras viales más importantes del departamento. Un ejemplo: el contrato 851 de 2009 con el Consorcio Metrocorredores de los hermanos Solarte por un valor de $139.000 millones de pesos. Tenían que pavimentar 36 kilómetros en cuatro años, pero el contrato fue prorrogado hasta el 2014. Hoy no hay vía, pavimentaron 413 metros por mes, quedaron 12 kilómetros sin pavimentar, ¿y saben por cuánto salió el costo de cada kilómetro pavimentando? Apunten: $5.791 millones.

Si eso les parece escandaloso, miren este caso: el contrato 544 de 2012 con el Consorcio Corredores Lax 051, de la firma mexicana Tradeco y las colombianas Coninsa Ramón H. y SP Ingenieros por valor de $254.000 millones de pesos. El objeto era la pavimentación de 72 kilómetros, que empezó en agosto de 2012 y debía terminar en noviembre de este año. En el tiempo que lleva el contrato han pavimentado 15 kilómetros, es decir, 4,38 kilómetros de pavimento anualmente.

A ese ritmo, cuando termine el contrato en cuatro meses, habrán pavimentado 17,2 kilómetros de los 72 contratados, a un costo exorbitante de casi $15.000 millones de pesos por kilómetro pavimentado.

Como esos dos ejemplos tengo muchos más, entonces pregunté en la Contraloría General de la República si conocen los casos y si han detectado algo. En el caso del contrato de los Solarte, me contestaron que hay tres hallazgos “con connotación administrativa, disciplinaria y fiscal que conlleva a un presunto daño patrimonial por un monto de $686,5 millones”. Genial, pero eso fue en 2012 y a los Solarte, a pesar de sus incumplimientos, les dieron otros contratos.

Sumen a lo anterior que las instalaciones deportivas para los XX Juegos Nacionales del 2015 costaron $10.000 millones de pesos y no hay una sola obra terminada. Como si fuera poco, el obispo de Chocó, así como decenas de expertos, siguen denunciando las consecuencias de la minería ilegal por los altos índices de deforestación y el impacto del mercurio en la salud de las personas y en el medioambiente.

El porcentaje de personas en Chocó en situación de pobreza monetaria extrema según el Dane, en 2015, fue de 39,1%. Sólo el 22% de las viviendas tienen acueducto, el 16% alcantarillado y el 21% de los adultos es analfabeta. Yo sí espero que el ministro Murillo haga honor a su origen y desde su cargo presione al Gobierno para que le dé relevancia a su departamento. No está de más soñar que Chocó, en un futuro, pueda ser tratado como el verdadero paraíso en nuestra tierra.

*Subdirectora de La Luciérnaga, @ClaMoralesM

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