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El desamparo

Claudia Morales

28 de enero de 2021 - 10:00 p. m.

La escritora y periodista Géraldine Schwarz publicó el pasado 23 de enero en El País de España un artículo sobre la popularidad de la canciller alemana Angela Merkel titulado “Merkel: la magia de un gobernante”.

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Un 75 % de los ciudadanos de izquierda y de derecha apoyan la gestión de esta mujer, la principal autoridad alemana, incluso teniendo en cuenta que su gestión no ha estado libre de “sombras y fracasos”, como dice la escritora. El texto hace un recorrido por las decisiones que Merkel ha tomado, muchas de las cuales la han enfrentado a su partido, Unión Demócrata Cristiana. Queda claro que la canciller tiene un carácter autónomo y un comportamiento moralmente incuestionable.

“Es una suerte poder cerrar los ojos de noche sabiendo que hay una capitana competente y fiable al mando del barco y no nos va a dejar caer a la primera tormenta. Un privilegio insólito en un mundo en plena tempestad, amenazado por dirigentes megalómanos, demagogos y nepotistas que manejan el destino de los pueblos como si jugaran al ajedrez”, afirma Schwarz. Con esa idea, es inevitable pensar en los gobernantes de Colombia, al nivel nacional y regional, y sentirse desamparado.

¿Quién es, en nuestro país, un buen referente político? Dejo la pregunta para que la respondamos no desde el odioso fanatismo, muy bien descrito por Amos Oz en “Contra el fanatismo”, sino con la conciencia del votante. ¿Votamos para fiscalizar a quien le damos el mando, por el bien de la comunidad o para volvernos sus borregos fanáticos?

“El buen funcionamiento de la democracia depende de la capacidad ciudadana para comprender las reglas del juego: el diálogo, el consenso, el acuerdo y el principio de representación. Y de la capacidad de un jefe de gobierno para dar ejemplo”, es otro fragmento del texto de Schwarz, que en época de pandemia adquiere mayor relevancia. ¿Qué consecuencias tiene la democracia participativa en un país como Colombia donde esa forma de elección se limita a ir a las urnas para depositar un voto? Con esa pregunta los invito a cuestionar nuestro rol como ciudadanos y también a descubrir si estamos recibiendo el ejemplo que necesitamos de nuestros gobernantes.

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Escribo desde el departamento del Quindío, donde el gobernador y el alcalde de Armenia, la capital, encarnan justo lo contrario de lo que representa la canciller Merkel. Individualistas y polarizados, no han sido capaces de inspirar a una región y a sus ciudadanos para crecer, para crear, para ser más sensatos en la pandemia. Sus mensajes contradictorios, cuando no babosos, en la peor crisis de la humanidad dan miedo. No son guía y muchas veces están ausentes. Pienso de igual forma en el timonel del barco llamado Colombia y se agranda la sensación de orfandad.

Me producen envidia las buenas emociones de Géraldine Schwarz porque desde que he votado me ha costado imaginar un país con buenos gobernantes, de esos que le den tranquilidad a mi sueño, como Merkel a los alemanes. Quisiera gobernantes éticamente irreprochables capaces de exigirnos responsabilidad a los ciudadanos y lo suficientemente generosos para responder sin soberbia cuando se equivocan.

La canasta familiar sube de precio, a los médicos de muchas regiones no les pagan, hay escasez de medicamentos, la muerte es el paisaje de nuestras ventanas, nos estigmatizan por pedir claridad con las vacunas... todo esto es parte de la política y por eso no podemos marginarnos de ella, es muy importante y necesitamos allí referentes que nos inspiren. No los veo.

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Me siento desamparada.

@ClaMoralesM

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* Periodista.

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