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La problemática de los cultivos ilícitos sigue dejando profundas dudas y bien valdría la pena que los candidatos nos contaran qué planean hacer.
Para esta columna, tendré en cuenta el informe más reciente de la Fundación Ideas para la Paz (FIP) y la opinión de tres aspirantes a la Presidencia de la República: Humberto de la Calle, Gustavo Petro y Sergio Fajardo. Quise tener respuestas de Germán Vargas Lleras y Piedad Córdoba, pero sus jefes de comunicaciones no atendieron mi solicitud, y Juan Carlos Pinzón no pudo por asuntos de su agenda.
El Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito empezó hace un año en 36 municipios del país que abarcan el 52 % de los cultivos ilícitos. Sin embargo, arrancó con pie izquierdo porque ya estaba confirmado un aumento de 48.000 hectáreas en 2012, a 146.000 en 2016.
En su trabajo de campo, la FIP encontró que “a diciembre de 2017, 28.660 familias (que equivalen al 53 % del total de las familias vinculadas) comenzaron a recibir esta asignación mensual ($12 millones al año); el 47 % restante se encuentra en proceso de validación”.
La FIP verificó que sí hay inversión en vías terciarias y obras rápidas en los municipios afectados, y destacó el hecho de que el Estado cuente con “un programa que se propone la formalización y acceso a tierras en zonas vulnerables a la presencia de cultivos”. Hasta ahí lo positivo.
Lo grave, de acuerdo con la investigación, es el aumento en las tasas de homicidios y los altos niveles de violencia en las zonas donde se desarrolla la sustitución de cultivos; no existe un modelo de seguridad rural; la inversión en bienes públicos es claramente insuficiente; y los recolectores, mayoritariamente jóvenes, están expuestos al reclutamiento de organizaciones armadas.
Teniendo presente que los actores ilegales se financian del narcotráfico y que el primer eslabón de la cadena del delito empieza con los cultivos ilícitos, que hay poco dinero para sostener los programas y que las tasas de homicidios siguen en aumento, esto dijo el candidato Humberto de la Calle:
“No podemos desfallecer en el camino de la sustitución voluntaria. Es el más difícil y el más costoso, pero el que puede ser más eficaz en términos de estabilización y generación de soluciones sostenibles. La sustitución en medio de la confrontación era aún más compleja. Si llego a la Presidencia, evitaré que se presenten rupturas que pongan en jaque la ejecución oportuna de los programas”.
La opinión de Sergio Fajardo: “No llevaremos el Estado a las regiones vulnerables, lo construiremos en y con las regiones. No vamos a reducir el presupuesto destinado a defensa y seguridad, y vamos a crear Comandos Conjuntos de Seguridad y Defensa subregionales con capacidad de acción rápida en los 300 municipios más afectados por el conflicto armado. Vamos a desplegar una política de justicia aumentando los jueces y fiscales y creando brigadas móviles de justicia que vayan a todos los municipios rurales”.
Gustavo Petro dijo lo siguiente: “Fomentaremos un desarrollo agrícola y competitivo en las áreas con presencia de cultivos ilícitos. De forma consensuada adelantaremos procesos de recambio de cultivos en donde se apoyará al campesino y se le garantizará una cadena productiva que incluirá un seguro de compra de cosecha por cinco años. Fortaleceremos la cultura de la legalidad, empleabilidad, asistencia alimentaria, la formalización de tierras y el enlace con alianzas productivas”.
Hay que romper la cadena y, sin importar las preferencias políticas, es nuestro deber como ciudadanos apoyar en esta tarea a quien llegue a la Presidencia.
*Periodista.
