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Dos semanas llevan los colegas de La FM denunciando una serie de irregularidades al interior de la Policía Nacional, que apuntan a una presunta red de prostitución manejada por uniformados homosexuales, y a la manipulación de procesos disciplinarios.
Si ustedes han oído y leído con atención lo denunciado, habrán entendido que se trata de un tema de profundas implicaciones para la institución y el país.
Lo primero que debo decir es que la condición sexual no es ni será jamás razón para juzgar las capacidades laborales ni personales de alguien, sea o no miembro de la Fuerza Pública. El tema deja de ser un chisme como dice el ministro de Defensa y el propio director de la Policía, cuando existen los testimonios judicializados ante la Fiscalía que denuncian una especie de trata de personas de la que serían responsables varios mandos de la institución.
Más grave aún es el hecho de que esas evidencias reposen en el ente investigador desde el 2006 y que sólo ahora, nueve años después como resultado del trabajo de La FM, reabran el caso y llamen por primera vez a declarar a un coronel retirado de la Policía que es el principal señalado en las diferentes versiones.
Esas mismas denuncias llegaron a los despachos de los directores de la Policía, desde el general Castro hasta al actual, el general Palomino. ¿Por qué minimizaron los hechos y nunca les interesó hablar con las víctimas? ¿A quiénes les interesa guardar los secretos de la llamada Comunidad del anillo?
La emisora también reveló lo que podría ser la manipulación de una prueba, según testimonio de otro coronel que aseguraba que Palomino le había pedido favores sexuales. El hecho ocurrió hace 17 años pero la manipulación de la carta se dio este año por parte de dos oficiales que hoy están siendo evaluados para ascender al grado de general de la República y un mayor que aspira a ser coronel.
Adicional a eso, en mayo pasado, Daniel Coronell escribió en su columna que el secretario privado de Palomino, el capitán Lasso, había sido protagonista de un escándalo, junto con el hermano del general, en el que también hubo manipulación de un caso para favorecer a un conocido de ellos. La respuesta de Palomino fue que a ese capitán lo investigarían y posteriormente aseguró que lo sancionarían. Yo denuncié la semana pasada que eso no ocurrió y que por el contrario al oficial lo promovieron. Y Coronell retomó el caso en su última columna y probó que al capitán lo mandaron a la China con presupuesto de la Policía.
La consecuencia de exponer en medios todos esos hechos ha significado la persecución de quienes hemos hablado de esos temas y por supuesto de las fuentes institucionales, sin quienes no hubiera sido posible hacerle desarrollo a todo lo anterior.
Por diferentes medios nos han llegado a los periodistas informaciones que señalan que presuntamente desde la Policía Nacional están realizando actividades tendientes a indagar sobre nuestras actividades y comunicaciones. Vicky Dávila también lo ha denunciado en su programa. De ser esto cierto sería muy grave.
Agradezco a Caracol Radio y sus directivas por prestarme su apoyo. Para los amigos de La FM, toda mi admiración por su valentía. Y a los policías buenos, que son más: sigan contando con nosotros. Vienen más denuncias y su apoyo será fundamental.
* Subdirectora de La Luciérnaga
@ClaMoralesM
