Existe la polarización política cuando la opinión pública se divide en dos extremos opuestos representados, cada uno, en figuras de los partidos políticos que buscan adhesiones emocionales y, en general, poco racionales.
La anulación de la razón da paso a la violencia y, cuando es la violencia la que domina el discurso y las acciones, las sociedades ya no se polarizan: se quiebran. Piensen en una porcelana en forma de bailarina, por ejemplo: se cae de la repisa, se le quiebran los brazos, se los pegan, pero siempre, siempre, será evidente la cicatriz de esa ruptura. Y si no queda bien pegada, los brazos se vuelven a caer. Colombia...
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