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Otro asunto pendiente: un museo sobre la desgracia del Palacio de Justicia

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Claudia Morales
13 de noviembre de 2025 - 05:05 a. m.
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Si usted tiene hijos adolescentes y/o que son adultos jóvenes, ¿se ha preguntado cuánto saben sobre la historia de Colombia? Y, en ese sentido, ¿qué saben sobre la toma del Palacio de Justicia?

Hechos:

  • El 6 de noviembre de 1985 un comando de guerrilleros del M-19 se tomó la sede del Palacio de Justicia en el centro de Bogotá y mantuvo rehenes a cerca de 350 personas.
  • La acción violenta se extendió hasta el día 7 como consecuencia de lo que se llamó la retoma del lugar por parte del Ejército.
  • Según el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), allí “murieron 98 personas incluyendo magistrados, funcionarios, civiles, guerrilleros e integrantes de la fuerza pública. A estas muertes se suman las 11 personas que fueron desaparecidas forzadamente”.

Tres hechos que resumen escuetamente el que fue el momento más espantoso que vivió Colombia y sobre el que hoy, cuarenta años después, no hay una verdad absoluta. Durante esas horas de terror ocurrieron una serie de atrocidades cometidas por la guerrilla y el Ejército que siguen siendo materia de investigación, lo cual ha imposibilitado para las víctimas el cierre de sus heridas.

Si usted va con sus hijos al centro de la capital colombiana con la idea de hacer memoria sobre los anteriores hechos, va a encontrar una información muy pobre dentro de la Casa del Florero, con unas maquetas y unas fotos, y una placa dentro del Palacio de Liévano con los nombres de algunas de las víctimas. De hecho, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ordenó cambiar esa placa con el fin de resaltar que, como resultado de la persistencia de las familias de las víctimas, se estableció la implicación del Ejército Nacional en violaciones graves a los derechos humanos.

Unas fotos, unas maquetas y una placa, no hay más. Lo que sí hay son innumerables testimonios, informes, ensayos, documentales y libros como Noches de humo, de Olga Behar; El Palacio de Justicia, una tragedia colombiana, de Ana Carrington; El Palacio sin máscara, de Germán Castro Caycedo; La tragedia del Palacio de Justicia, de Enrique Parejo González; Los once, de Miguel y José Jiménez; y, recientemente, la novela histórica Mural, publicada por Ricardo Silva Romero.

Helena Urán Bidegain, hija del magistrado Carlos Horacio Urán, quien estaba en el Palacio el día de la toma, lleva años dando la batalla para demostrar que su padre fue víctima de una ejecución extrajudicial y para llamar la atención sobre la ausencia de justicia y una política de memoria.

Helena, que publicó en 2023 Mi vida y el Palacio, acaba de publicar con el sello Aguilar Deshacer los nudos, y esta semana lideró un sentido homenaje a las víctimas e hizo el lanzamiento de la Fundación Carlos H. Urán. Ella sostiene que “necesitamos espacios donde la sociedad sienta que esto le concierne” y a eso le apunta la fundación.

Sin embargo, al país le falta algo más y ese algo es un museo que amplíe el contacto de la gente con la historia del Palacio, que haga un aporte democrático y humano, que exalte el coraje cívico para exigir instituciones sólidas y que reitere que no podemos seguir matándonos.

Tenemos que dejar de caminar sobre los lugares que cargan las tragedias como si no hubiera pasado nada. Como sociedad civil estamos llamados a la grandeza que no han tenido los soberbios y negacionistas de lado y lado, y a dar la mano a Helena y a las demás familias que siguen padeciendo la angustia del paso del tiempo en medio del miedo, los silencios obligados y sin la verdad.

Nuestros hijos merecen un país distinto y eso empieza por ser conscientes de la real construcción de la memoria. Y no puede haber una memoria bien construida si no están allí la toma y retoma del Palacio de Justicia.

* Periodista.

@ClaMoralesM

Conoce más

 

Mauricio Murcia(05056)16 de noviembre de 2025 - 12:19 a. m.
Muy liviana su columna los militares fueron los mayores abusadores de los derechos humanos debe saber la investigación de la fiscal Angela María Buitrago muy clar
Hernán Patiño Arias(49621)14 de noviembre de 2025 - 03:37 a. m.
Hay que hablar de la Toma y de la Retoma del Palacio, la segunda más sangrienta y criminal que la primera. Los militares vengándose de las Cortes. Y también hay que hablar con nombre propio de los abusadores sin cubrirles la espalda.
Aureliano Buendia(59706)13 de noviembre de 2025 - 09:54 p. m.
Claudia, qué mejor museo que nuestra diaria triste realidad? Necesitamos otro edificio para guardar qué? La estupidez de nuestra clase política?, la sevicia de los dos ataques? la prepotencia de nuestra dirigencia? La inteligencia de nuestros militares? ....qué mejor museo para el mundo que nuestra realidad que demuestra que somos una raza inferior...
Nelson(23874)13 de noviembre de 2025 - 07:06 p. m.
Allí donde se erigía el Palacio de Justicia, muy pronto se demolió lo que quedaba en pie después de los cañonazos y del fuego de los incendios que los siguieron, y con ello se perdió la oportunidad para que sobre las ruinas se fundara el Museo de la Barbarie para que todos nosotros y en todos los tiempos desde entonces y no solo los que vivimos en esa época, hagamos lo necesario para que la historia no se repita.
Michael Myers(apgw0)13 de noviembre de 2025 - 01:09 p. m.
Para efectos prácticos de complacer al sub emperador calígula, puede llamarse el museo de la posverdad del M19. Será un museo interactivo donde habrá infinidad de salones con proyecciones (al mejor estilo disney) y en cada uno se proyecta un discurso del nborrachiste (borracho o trabado), diciendo mentotas, babosadas o disfrazado. También tendrá una tienda, donde se podrá adquirir wiski de todos los pelambres, el manifiesto pornomarxista subrayado y autografiado, el disfraz de santrich, etc ..
  • Nelson(23874)13 de noviembre de 2025 - 06:59 p. m.
    Estupideces embutidas en pocos renglones.
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