Talento, reserva, deporte, desarrollo y paz. Palabras que por separado generan impacto, pero juntas hacen una verdadera transformación social. Así lo entendimos en el Ministerio del Deporte con el Decreto 1052 de 2022, que define estrategias y lineamientos para apoyar el talento deportivo, la generación de la reserva, la formación deportiva y recreativa y la promoción del deporte competitivo y de alto rendimiento. Sé que son muchos términos para iniciar, y aunque las redes sociales impongan sus criterios de síntesis, considero que nada mejor para conmemorar el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz que ofreciéndole herramientas para potenciarlos día a día. Y en Mindeporte lo hacemos con esta iniciativa.
Asegurar la formación deportiva desde la clase de educación física permite la sostenibilidad de los resultados deportivos a nivel internacional, siendo este el objetivo principal de Talento y Reserva. Y para llegar a él las etapas son necesarias. Ser parte, por supuesto, de la formación deportiva, para luego ir a la enseñanza y aprendizaje; posteriormente, el desarrollo; después llega el perfeccionamiento y, por último, el alto rendimiento.
Cada una tiene su valor, pero quiero centrarme en el génesis. Y por una simple razón, la base sostiene y, lo mejor, brinda la posibilidad de articular los programas de fomento con los de posicionamiento, posibilitando una articulación que fortalezca la formación deportiva. Gracias al deporte escolar con sus Escuelas Deportivas para Todos, al deporte social comunitario, a los Juegos Intercolegiados y a la actividad física, esa fase de iniciación permite desarrollar habilidades y capacidades físicas, fundamentales en el desarrollo motor de los niños y niñas generando la participación y la recreación. Aprender de manera lúdica.
Y es que el deporte formativo orientado desde el desarrollo integral fortalece componentes motrices y técnicos, así como educativos y formativos, para mejorar así las capacidades y aptitudes de quienes lo practican. De ahí la importancia de las palabras que usamos al comienzo. Etapas que, si las hacemos un juego, nos trazan el camino a seguir: que las niñas y niños del país se recreen antes que nada y que sus aprendizajes sean una experiencia formativa para la vida.
Todas ellas nos llevan no solo a una conmemoración del deporte como fuerza viva hacia el desarrollo y la paz, también a una gran realidad: con formación deportiva llegaremos a los talentos y a la reserva que nos permiten seguir soñando con el desarrollo deportivo del país.
En tanto pretendemos con actividad física, recreación y juegos para todos experiencias enriquecedoras, importantes y significativas para los colombianos. Así, también me la juego.
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