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A finales de mayo, los usuarios del servicio de aseo y recolección de basuras recibieron una esperanzadora noticia encaminada a aplicar un alivio tarifario que beneficiaría a 11 millones de hogares: la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) aprobó, por mayoría (6 votos a favor y 2 en contra), la aplicación del denominado Factor de Productividad en las tarifas.
Aunque el término suena técnico, el Factor de Productividad es un principio sencillo, establecido por ley hace 30 años, que ordena trasladar a los usuarios, vía tarifa, los aumentos en la productividad y la mayor eficiencia de las empresas.
Es una norma que implica un “gana–gana”: hace justicia con los usuarios y también estimula a las empresas prestadoras del servicio a ser más productivas y eficientes, con lo cual también resultan implícitamente beneficiadas.
Bajo ese mismo principio, la CRA aprobó hace dos semanas la resolución número 1.000 de 2024, con la que el Gobierno del Cambio desarrolla su política de justicia tarifaria, en beneficio de millones de usuarios.
Cabe recordar que el factor de productividad, que permitiría este alivio, está contemplado en los artículos 87.1 y 92 de la Ley 142 de 1994, que facultan a las comisiones reguladoras de servicios públicos para “corregir en las fórmulas los índices de precios aplicables a los costos y gastos de la empresa con un factor que mida los aumentos de productividad que se esperan en ella y permitir que la fórmula distribuya, entre la empresa y el usuario, los beneficios de tales aumentos”.
El ejercicio técnico realizado por la CRA confirma que las empresas de servicios, y en este caso específico las de aseo, son cada vez más productivas, lo que representa un aporte importante a la economía del país, que merece ser destacado.
La aplicación de esta norma representaría un alivio estimado para los usuarios del aseo entre $26 mil millones y $49 mil millones, recursos que los hogares podrían destinar a otros gastos. Además, contribuiría con el propósito de país de reducir la inflación en servicios públicos, que representa uno de los gastos que más pesa en la canasta familiar.
En efecto, hace pocos días el DANE reportó que el costo del servicio de recogida de basuras para los consumidores ha subido 11,40 %, en los últimos 12 meses, muy por encima de la inflación total anualizada, que hasta mayo fue de 7,1 %. Solo en lo corrido del 2024, las tarifas de aseo han subido 8,62 %, de acuerdo con el IPC reportado por el DANE.
Según el mismo DANE, el aseo es uno de los servicios públicos con mayores alzas y en los últimos 12 meses solamente ha sido superado por las registradas en la electricidad.
¿Qué mejor momento que el actual para bajar las tarifas y enviar un mensaje positivo a los usuarios y a la economía? Porque no solo quienes pagan por este servicio se beneficiarían.
La aplicación del Factor de Productividad representaría un alivio a las finanzas territoriales porque la reducción de las tarifas disminuye la necesidad de subsidios para los estratos 1, 2 y 3, liberando recursos para otras inversiones sociales.
Esta medida, además, está en línea con lo planteado por el presidente de la República, Gustavo Petro, quien públicamente se ha comprometido con medidas para bajar las tarifas de los servicios públicos y quien ha dicho en distintos escenarios que “el servicio público debe tener en su centro, en su corazón, al usuario, a la usuaria del servicio, que puede y debe tener instrumentos para incidir en la política de las tarifas”.
La Resolución 1.000 de la CRA está aprobada. Solo falta el visto bueno del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, en cabeza de la ministra Catalina Velasco, quien además preside la comisión, para que esta medida, de profundo beneficio social, se pueda aplicar lo antes posible y los usuarios puedan recibir el alivio en sus facturas lo más pronto posible.
* Directora ejecutiva de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico CRA. .