Aceptémoslo, el rock llegó a su techo creativo

Si usted tiene en sus playlists a Led Zeppelin, Black Sabbath, Soundgarden y AC/DC sabe que en el fondo lo que estoy diciendo en el título de esta columna es cierto,; no le gusta aceptarlo -si ya se dio cuenta-, pero es que el rock ya no tiene más para donde coger, porque llegó al final de sus caminos y bifurcaciones.

Ojo, no estoy afirmando que el rock se murió; eso no va a pasar por más que quieran postearlo en redes para conseguir likes e interacciones a punta de escándalo mortuorio.

Desde hace 40-45 años a este género le han incorporado (afortunadamente), en cientos de bandas, sintetizadores, maracas, timbales, DJ´s, tiples, máquinas de ritmos, más cuerdas a las guitarras y a los bajos; lo han rapeado, susurrado, gritado, cantantes de ópera lo han cantado, no le han metido auto tune (afortunadamente, de nuevo); ya en el metal y sus decenas de subgéneros lo han guturalizado en decenas, si no miles de bandas, que también lo “orquestan” con violines; se han compuesto discos enteros con afinaciones y compases extraños y/o básicos(as). En fin.

Hay cosas interesantes nuevas en sus propuestas, pero que van más por el camino del punk como IDLES o Amy and the sniffers, sobre todo en sus letras “antisistema”; a fin de cuentas, estos tiempos de guerras, genocidios y migrantes acorralados y expulsados de países son los propicios para hacerlo a grito herido, pero musicalmente se siente que están raspando la olla creativa.

El primer día de Rock al parque en este año, si no fuera por los disfraces estrambóticos (del más puro shock rock), no se sabía cuándo entraba o salía una banda, porque sonaban iguales todas.

Pero como el rock sobrevive, lo que está pasando hace ya un tiempo es la aparición de bandas que son casi de tributo y de frente en su propuesta vintage, Greta Van Fleet sonando igual a Led Zeppelin, el dúo canadiense Crown Lands, a sus paisanos Rush, y los españoles Hermana Furia homenajeando estética y musicalmente a los White Stripes.

Las bandas de covers son cada vez mejores y están llenando auditorios y arenas, entonces pongámoslo así: Cuando una orquesta sinfónica interpreta a Brahms, Beethoven o Mozart, ¿no están haciendo covers? Bueno, eso está pasando hoy día y creo que podría ser un camino nuevo, en el sentido de hacer magia nuevamente con Queen o Black Sabbath.

Hay una necesidad apremiante, más que un nuevo horizonte para el rock y se trata de hacerse sentir en estos tiempos turbulentos. Su esencia de protesta se requiere hoy muchísimo; el rap ya lo está haciendo muy bien, pero bandas legendarias como Rage Against the Machine y sus letras de total protesta llevan décadas sin grabar nada; cada uno de sus integrantes desde sus redes condena lo que está pasando con Trump, y está bien, pero retomando un fragmento de una canción de ellos mismos, ”tiene que empezar en algún lado/tiene que ser en algún momento/ ¿Qué mejor lugar que aquí? / ¿Qué mejor momento que ahora?”.

Entonces, por favor, señores de RATM, el momento está servido en bandeja, hay que reunirse de nuevo y grabar un álbum, y cuanto antes mejor, lo necesitamos casi de urgencia.