El ruido de las noticias permite generar fácilmente distracción. Lo observamos día a día en América Latina. Lo urgente y, en ocasiones, lo superfluo se superponen a lo importante en medio de una carrera o quizás un sentimiento de angustia mediática.
Los gobernantes y la sociedad en general tienden a concentrar su atención en el corto plazo, como fuente de emociones, ya sea para el optimismo o el pesimismo, pero la mirada debe estar puesta en el horizonte. En aquel punto -largo hasta el infinito- donde las sociedades latinoamericanas trascienden, logran un mayor desarrollo sostenible e incluyente y, también, una mayor convergencia...
Por Andrés Rugeles*
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