Colombia en la Ocde: ¿hacia buenas prácticas?

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Columnista invitado EE
11 de octubre de 2018 - 05:44 p. m.
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Por: Jairo Agudelo Taborda*

Colombia ha sido admitida como miembro de la Ocde el 30 de mayo de 2018. La Ocde es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Se denomina así desde 1961 pero nació en 1948 como Organización para la Cooperación Económica Europea (Ocee) con el fin de implementar el Plan Marshall norteamericano de reconstrucción de Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial. O sea que la Ocde es hija del segundo postconflicto mundial. Tiene sede en Paris y es conocida como “El club de los países ricos” y como “el club de las buenas prácticas”.

1. Club de los países ricos porque representa el 70% del PIB mundial con un presupuesto anual de 370 millones de Euros; agrupa a 37 de los países clasificados por el Banco Mundial como de Renta Media Alta con un PIB per cápita anual mayor a 4.126 dólares e inferior a 12.745 dólares (como Colombia) y Países de Renta Alta con PIB per cápita superior a 12.475 USD al año. El PIB per cápita de Colombia está cerca de 12.000 Usd al año, o sea, a un paso de ser un país de Renta Alta. Esto significa que Colombia está entre los 50 países más ricos del mundo. Sin embargo, el país tiene uno de los más altos índices de desigualdad (Coeficiente Gini de 0.56, quinto en el mundo). Significa entonces que Colombia es un país rico pero sin buenas prácticas. Quiere decir que en Colombia el Mercado hace bien su tarea de producir riqueza, pero el Estado no hace su tarea de transformar tal riqueza en mejores condiciones de vida para sus ciudadanos.

2. Club de buenas prácticas porque el artículo 1 de su Tratado constitutivo del 1961en Paris dice que la Ocde tiene como principal objetivo fomentar la cooperación y el desarrollo de políticas económicas y sociales que permitan mejorar la vida de los ciudadanos. Así mismo, Lograr el mayor crecimiento sostenible posible de la economía y del empleo, y aumentar el nivel de vida en los países miembros, manteniendo la estabilidad financiera y contribuyendo así al desarrollo de la economía mundial. (www.oecd.org)

De hecho, el slogan de la Ocde es: Mejores políticas para una vida mejor. Ella misma clasifica sus buenas prácticas como de tipo político, social, económico y ecológico. Se destacan: trabajo digno, transparencia, gobernanza y gobernabilidad democrática, estabilidad financiera, tutela del medio ambiente, desarrollo humano, crecimiento económico inclusivo y otros.

Ahora bien, no todos los países ricos brillan por buenas prácticas de políticas para una vida mejor de sus ciudadanos. Esta es exactamente la diferencia entre crecimiento económico y desarrollo humano sostenible. Colombia es un típico ejemplo de alto crecimiento económico con baja calidad de vida difusa entre sus ciudadanos, o sea, con un índice de desarrollo humano inferior a lo que debería ser respecto a su riqueza. O sea que la Ocde agrupa los países ricos con buenas prácticas. Ya dijimos que Colombia es un país rico sin buenas prácticas, Le toca, entonces comprometerse a adoptar las mejores políticas para una vida mejor.

Es claro que pertenecer a un Club tan selecto como la Ocde tiene sus costos y sus beneficios. El primer costo real es la cuota de membresía proporcional a su riqueza y que para Colombia será de casi 5 millones de Euros al año. El otro costo es el condicionamiento de sus políticas a los niveles y prácticas de la Ocde determinados por la calidad de sus miembros. Este punto es muy discutible pues se cree que Colombia no está listo para asumirse las exigencias y que precisamente por no ser fruto de buenas prácticas horizontales, las exigencias de la Ocde terminarán castigando a los ciudadanos, por ejemplo, en el aumento de la edad pensionable. O sea, exigir resultados elevados sin los procesos y las condiciones para producirlos. Es como pretender un alto nivel de competitividad comercial mundial sin la infraestructura y la logística adecuadas.

También es claro que los costos serán menores proporcionalmente si Colombia aprovecha y maximiza los beneficios como son una mayor credibilidad y confianza internacional que generará mayor inversión extranjera directa (IED), mayor cantidad y mejor calidad de la información sobre riesgos internacionales, un monitoreo y acompañamiento para mejorar sus políticas públicas. El balance positivo dependerá de la capacidad diplomática de Colombia para negociar internamente en la Ocde y para hacer valer el sello Ocde externamente como carta de presentación. Así lo expresan los otros dos países latinoamericanos que ya hacen parte de la Ocde desde varios años (México y Chile). Para los ciudadanos colombianos el mayor beneficio sería el que la Ocde condicionara seriamente el país a realizar las reformas estructurales hacia un Estado Social de Derecho en sintonía con el artículo 1 de la Constitución política del país. Por ejemplo, si la Ocde condiciona a Colombia en términos de calidad laboral aplicando los parámetros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) esto tendría un impacto positivo contra la pobreza y la desigualdad mediante el trabajo digno. No es sostenible un Estado Social de Derecho con un 60% de trabajo informal que no sólo excluye la mayoría de los trabajadores de los derechos sociales, sino que no tributa al erario público. Por ejemplo, el mismo aumento de la IED tiene efectos negativos si los empleos que genera son de tipo informal y si las multinacionales que llegan contaminan a cielo abierto y cerrado con la permisividad del Estado colombiano. Por fortuna ya Colombia, durante la ruta de admisión pasando por los 23 Comités, adoptó 51 de estas buenas prácticas de lucha contra la contratación laboral ilegal, contra la informalidad laboral, contra la corrupción, contra la evasión de impuestos, entre otros. El Comité que más examinó a Colombia fue precisamente el del trabajo digno generando recomendaciones y condicionamientos importantes en materia de derechos laborales y políticas sindicales.

Este condicionamiento positivo es la mayor virtud del multilateralismo. Las organizaciones multilaterales como la Ocde ejercen un fuerte condicionamiento virtuoso sobre las unidades autónomas (Estados) para mejorar el sistema mundial y los sistemas nacionales simultáneamente. Esto determina la preeminencia de la cooperación sobre la competición pura, de la interdependencia sobre la dependencia. Es también un antídoto contra el retorno del unilateralismo y de los nacionalismos que han generado las guerras. La interdependencia multilateral ha evitado la tercera guerra mundial.

Para terminar, hay una pregunta que se escucha frecuentemente. El ingreso de Colombia a la Ocde privará al país del acceso a la cooperación internacional perdiendo así los cerca de 1.200 millones de dólares al año que recibe como Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) ? Creo que ser miembro de la Ocde no la afectará en lo inmediato, aunque deberá pasar poco a poco de ser un país receptor/donante de AOD a uno donante/receptor, sobre todo si pretende entrar a ser parte del grupo selecto entre los selectos que conforman el Comité de Ayuda al Desarrollo (Cad). El Cad agrupa a los 29 países más ricos, de los 37 de la Ocde, y se caracterizan por ser los máximos donantes de AOD en el mundo para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible erogando un total anual de 140.000 millones de dólares. De los 29 del Cad, 22 son de la unión Europea (Ue). La misma Ue es miembro del Cad completando 30 entidades políticas: 29 Estado y una Organización multilateral regional.

Hay que recordar que Colombia, por ser ya un país de renta media había salido del grupo de los principales beneficiarios de la ayuda oficial al desarrollo del CAD de la OCDE pero que, gracias al Acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc, está atrayendo más ayuda internacional con miras a la implementación del Acuerdo que la que recibía antes. Podemos, entonces concluir que la adhesión de Colombia a la Ocde es hija del post-conflicto así como la Ocde misma lo es. Éste, seguramente, es un buen augurio.

* Profesor del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte

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