El agua: prioridad del diálogo social vinculante

Muy importante y valiosa; así fue la reciente visita que realicé a La Guajira, en la cual reafirmé la trascendencia de un concepto que en los consejos de ministros se ha vuelto recurrente por su alcance e impacto: el diálogo social vinculante, que no es otra cosa que acercarnos a los territorios y valorar la presencia de todas las fuerzas de una comunidad.

Por eso, el hecho de que todas y todos nos hubiéramos reunido cumple con la instrucción del presidente de la República, Gustavo Petro, de construir el Plan Nacional de Desarrollo (PND) en torno a un trabajo con la gente y para la gente.

El contacto en Riohacha con la comunidad wayuu, con un escepticismo sustentado por las necesidades y el sufrimiento debido a la falta de agua, fue cordial. En Manaure, los líderes y lideresas de la comunidad Mapashira también tendieron el puente a esta construcción colectiva y evaluamos, en conjunto, sus requerimientos e inquietudes.

Las visitas a las pilas públicas de Casa Azul, Sararao y Romonero, y a un centro de producción de agua, transcurrieron en medio de ese diálogo que luego nos llevó a Papayal. Allí, precisamente, en medio de la demanda del servicio de acueducto, a través de una protesta social de los habitantes afectados, confirmamos que hablando desde diferentes orillas, pero con la posibilidad de escucharnos, somos más fuertes como sociedad.

Los congresistas, el gobernador, los alcaldes, las comunidades, las juntas de acción comunal y la diversidad de la sociedad de Papayal lo demostraron con algo que merece un reconocimiento: se habló con respeto, consideración y sensatez, mirando hacia el futuro, con una conversación democrática.

El hecho de entender las complejidades de los problemas y ver el diálogo activo entre los diferentes actores, dándole valor a la palabra, fue muy interesante, porque nos encontramos y desencontramos, pero a lo largo de la jornada perseguimos un objetivo común: el acuerdo. Fue una gran lección, desprovistos de las prevenciones y aportando, con la voluntad de todas y todos.

Insisto. No desconozco el sufrimiento del pueblo guajiro y, por eso, luego de tres días nos llevamos planes y tareas, y volveremos, porque para el Gobierno esta conversación es una prioridad, ya que el agua nos une, no solo en La Guajira, sino en Mocoa, en el Pacífico, en Providencia y en todo el país; además, porque será un instrumento de unión y reconciliación, a través del diálogo social vinculante que demostró que es uno de los caminos para ser potencia mundial de la vida.

* Ministra de Vivienda, Ciudad y Territorio