Durante casi 50 años, los cristianos conservadores marcharon, elaboraron estrategias y oraron. Y luego, en la mañana de un viernes cualquiera de junio, finalmente llegó el día con el que habían soñado.
Poner fin al derecho constitucional al aborto mediante la anulación del caso Roe contra Wade tomó décadas de una campaña; es la culminación de comidas compartidas en los gimnasios de la iglesias y oraciones en la Oficina Oval. Fue el momento que imaginaron durante mucho tiempo, un resultado que muchos se negaron a creer que era imposible, la señal de un nuevo Estados Unidos.
Para muchos creyentes conservadores y grupos antiaborto...
Por Elizabeth Dias
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