Le debemos a Anton Van Leeuwenhoek el descubrimiento de la vida microscópica. Leeuwenhoek era un comerciante de tela holandés que fabricaba sus propios microscopios con lentes de su taller y examinaba —más por curiosidad infantil que por interés científico— cualquier cosa que pudiera poner en un portaobjetos. Así descubrió un mundo completamente nuevo, escondido bajo la superficie de otro mundo más ordinario.
Ser el primero en usar un microscopio lo puso en una situación ventajosa en la comunidad científica porque todos los días se topaba con algo que nadie había visto. Pero la existencia de los espermatozoides es quizá el hallazgo...
Por Sebastián Giraldo
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