Hace unos días, durante un evento en Cali, tuve la oportunidad de entregarle a una campesina valluna la buena noticia de la aprobación de su crédito para expandir su cultivo de arroz. Recibió la buena nueva con una sonrisa efusiva y contagiosa. Me conmovió su actitud y aproveché ese momento para retroalimentarme de su percepción sobre el Banco Agrario.
Cual sería mi sorpresa cuando Rosmary -así se llama la beneficiaria- empezó a contarme con lujo de detalles que este ya era su cuarto crédito. Me dijo que hace varios años se inició en el mundo del agro cuando su papá le heredó una pequeña parcela en el Valle. Poco a poco sus cultivos se fueron diversificando y ese crédito que recibía de mis manos era una oportunidad para seguir creciendo.
Pero según contó Rosmary esa mañana, la parcela no fue lo único que le heredó su papá. También le regaló la valiosa lección de pagar sus deudas cumplidamente para siempre tener la oportunidad de seguir creciendo. “Banco Agrario ha sido como mi casa. Siempre ha estado allí apoyándome hasta en las vacas flacas, por eso yo sé que es mi deber pagar cumplidamente mi crédito”, me contó.
Por eso, no solo puedo pensar en esta valluna como una mujer con el ímpetu y la disciplina de una mujer emprendedora, sino como el ejemplo claro de una persona que le da valor a su palabra. Que no solo heredó la tierra para trabajar, sino los buenos hábitos para hacer lo que definitivamente está haciendo hoy: crecer.
Como Rosmary, hoy quiero homenajear a aquellas personas que, con el ejemplo, le vuelven a dar valor a la palabra. Al compromiso. Pagar las deudas no solo permite acceder a otros créditos y llevar una vida financiera sana, sino que es una práctica que termina empujando a toda la economía en general. Todo es un círculo. Si Rosmary paga a tiempo, Aura, Juan y Pedro, también pueden financiar sus proyectos.
Según el Reporte de la Situación del Crédito en Colombia de la Superintendencia Financiera de Colombia, la tasa de morosidad total del sistema financiero colombiano se ubicó en 5,62 % en febrero de 2024. Además, la cartera de consumo vencida a más de 30 días presentó un crecimiento anual de 25,5 %, y la tasa de morosidad del microcrédito se ubicó en 9,55 %, es decir, tuvo un aumento frente al 6,04 % del mismo mes del año anterior. No son las mejores cifras buenas, pero yo confío en que vamos a corregir el camino.
Hay muchos factores que inciden en la decisión de no pagar las deudas. Por eso, en el Banco Agrario hemos dispuesto a todo un equipo humano listo para escuchar las necesidades de la gente con el único propósito de que obtengan las mejores herramientas para ponerse al día. Queremos que nuestros clientes conserven una vida crediticia sana. Queremos seguir cumpliendo con la inclusión financiera para que más familias puedan seguir construyendo. También, esperamos que Rosmary, y las miles de familias que beneficiamos todos los días con créditos para sus proyectos productivos, puedan seguir contando con nosotros. Porque crecer juntos es posible.
* Presidente del Banco Agrario.
Por Hernando Chica Zuccardi
