La importancia de investigar sobre malaria

Columnista invitado EE
16 de diciembre de 2018 - 02:00 a. m.

Por Sócrates Herrera

La gran inversión multilateral en el control de la malaria durante cerca de dos décadas y el establecimiento de las metas del milenio , que contemplaban una reducción significativa de la malaria para el año 2015, han contribuido a una importante reducción de la malaria a escala global desde el año 2000. En Colombia, al igual que en muchos otros países con aportes nacionales y del Fondo Mundial para la Lucha contra la Malaria, se logró la disminución en escalas iguales o superiores al 75 %. Esta notable reducción ha generado gran entusiasmo en la posibilidad de eliminar la malaria en muchos países o regiones. (Lea Malas señalas de una plaga)

Actualmente se dispone de importantes herramientas y estrategias para continuar avanzando hacia este objetivo. Sin embargo, existe el consenso en la comunidad científica internacional sobre la necesidad de identificar brechas de conocimiento en malaria y para el desarrollo de nuevas herramientas de control y eliminación. Por ende, las comunidades académicas y científicas necesariamente juegan un papel crucial en la lucha contra la malaria y en su eliminación. (Lea Venezuela, la dictadura de la malaria)

Un entusiasmo similar se vivió en la década de los años 50 del siglo pasado, cuando se emprendió la campaña global de erradicación de la malaria. Sin embargo, pocos años después se evidenció la aparición de parásitos de malaria resistentes a la cloroquina, medicamento de primera línea, y de mosquitos resistentes a los insecticidas. La aparición y diseminación de estas resistencias, así como el desarrollo de medicamentos e insecticidas alternativos, ha requerido grandes esfuerzos de investigación. A lo largo de más de cinco décadas, se ha debido recurrir al desarrollo y uso de numerosos medicamentos e insecticidas que han contribuido significativamente a los logros actuales. (Lea Un mundo más caliente, el paraíso de los mosquitos)

El medicamento de primera línea para el tratamiento de la malaria actualmente (artemisinina), desarrollado a partir de la artemisia, planta usada milenariamente para el tratamiento de la malaria en China, comienza a evidenciar una reducción de su efectividad debido al desarrollo de parásitos con mutaciones genéticas. Esta resistencia demanda una investigación rápida y una vigilancia global para determinar tempranamente el riesgo y la aparición de parásitos para los cuales el medicamento ya no es más efectivo y adicionalmente el desarrollo de nuevos medicamentos que eliminen el riesgo de muerte por infecciones con parásitos resistentes.

Una intensa investigación por cerca de treinta años ha permitido el desarrollo de una vacuna contra el Plasmodium falciparum, altamente prevalente en África, que se encuentra en un avanzado estado de desarrollo. Aunque su capacidad de protección es subóptima, investigaciones en curso permiten anticipar un mejoramiento de esta vacuna. Igualmente, en Colombia se avanza en el estudio y desarrollo de vacunas contra el Plasmodium vivax, altamente prevalente en el continente americano. Los extraordinarios avances de la genómica y la proteómica generan gran optimismo sobre la contribución de la investigación al desarrollo de herramientas como las vacunas y nuevos medicamentos. Actualmente se avanza en el desarrollo de anticuerpos monoclonales humanos que podrían servir como medicamentos eficaces para prevenir y tratar la malaria.

Por otro lado, en las últimas décadas se ha trabajado intensamente en el entendimiento de la biología y el comportamiento de los mosquitos transmisores de la malaria. Esto ha llevado a que se establezca como uno de los métodos más efectivos de control de la malaria el uso de toldillos mosquiteros impregnados con insecticidas y a que se identifiquen las especies transmisoras de la infección. El mejor entendimiento de los mosquitos viene facilitando, por ejemplo, el desarrollo de mosquitos genéticamente modificados que son estériles y podrían ser utilizados en un futuro para reemplazar las poblaciones naturales. Igualmente, han venido identificando sustancias atrayentes y repelentes de los mosquitos, que facilitarán el desarrollo de nuevas herramientas.

Gracias al consenso académico sobre la importancia de la investigación y al apoyo de organizaciones como la Organización Mundial de la Salud y la fundación Bill & Melinda Gates, el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos y el Wellcome Trust del Reino Unido, entre otros, han permitido que de 2010 a 2011 se han adelantado más de veinte reuniones de un total de más de 250 expertos de 36 países para generar una agenda comprensiva de investigación y desarrollo que contribuya a la erradicación de la malaria (www.ploscollections.org/malERA2011). Más recientemente, el Gobierno de los EE.UU., en un esfuerzo para acelerar la eliminación de la malaria, ha ofrecido financiación de largo plazo a diez consorcios internacionales incluido el Centro Latinoamericano de Investigación en Malaria (CLAIM), que lidera el Centro de Investigación Científica Caucaseco, de Cali, para trabajar, entre otros temas, en la brecha de conocimiento en vacunas, control de vectores, diagnóstico, sistemas de salud e investigación operacional, monitoreo, evaluación y vigilancia y modelajes matemáticos.

* Director del Centro de Investigación Científica Caucaseco

 

 

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