La Inteligencia Artificial al servicio y beneficio de todos
Por: Adriana Noreña*
Desbloqueamos nuestros celulares con una mirada. Accedemos a aplicaciones que detectan el clima y estiman el tiempo que nos tomará llegar a nuestros destinos. Manipulamos la iluminación de nuestro hogar desde la oficina. Recibimos recomendaciones de música y aplicaciones basadas en los intereses que hemos expresado anteriormente. ¿Cómo hemos llegado hasta allí? La respuesta, entre otras, es la Inteligencia Artificial (IA).
Contrariamente a lo que muchos creen, la IA no se trata de grandes máquinas y robots que percibimos ajenos a nuestra realidad, sino de todo un conjunto de desarrollos tecnológicos que usamos a diario, que encontramos a tan solo un clic de distancia y que nos permiten desde contar con un asistente personal que nos ayuda a realizar nuestras tareas cotidianas, hasta encontrar formas eficientes para conservar las especies naturales a través del reconocimiento de imágenes. En otras palabras, todos percibimos los beneficios de la IA.
Cuando notamos esto, una de las preguntas que llega a nuestras mentes es: ¿cómo podemos seguir sacando el máximo provecho de la inteligencia artificial para mostrar lo mejor de la inteligencia humana? Para mí, la clave está en impulsar el desarrollo de la tecnología y en lograr que, cada vez más personas, tengan acceso a los recursos y herramientas que ella ofrece.
Y es que no es necesario tener un PhD en Ciencias de la Computación para creer que la tecnología puede convertirse en una fuerza positiva a través de la cual se pueden mejorar las condiciones sociales, ambientales y económicas de miles de personas en el mundo. Lo que debemos reconocer es que eso, por sí solo, no es suficiente. Podremos materializar el poder transformador de la tecnología, únicamente, si logramos combinarla con las mejores iniciativas humanas.
Existen ya algunos ejemplos de ello. En América Latina tenemos proyectos que, usando tecnología basada en IA, logran fines positivos para la sociedad en diversos sectores, como la industria de la salud. Tal es el caso de Portal Telemedicina, un emprendimiento brasileño que está aplicando IA para ofrecer diagnósticos remotos a cientos de personas en la selva Amazónica. O casos en el sector ambiental, como en California, donde un grupo de estudiantes desarrolló un proyecto que gracias a TensorFlow (Software de código abierto para el aprendizaje automático desarrollado por Google), predice los incendios que se pueden producir en ese estado. Estas son solo dos de los muchos ejemplos que se han impulsado en todo el mundo con el propósito de brindar una respuesta eficiente a los problemas complejos que se presentan en nuestro entorno.
Frecuentemente se dice que la tecnología ha avanzado a pasos agigantados y, personalmente, no tengo dudas de eso. Pero, también es cierto que con ella nuestra capacidad de ingeniarnos nuevas formas de resolver los grandes desafíos que enfrentamos diariamente también ha crecido de manera exponencial. Y, en esa medida, el único camino posible para seguir fortaleciendo esa relación de doble vía es el de disminuir las barreras que existen para llegar a la inteligencia artificial.
Por esta razón, y con el propósito de dar a conocer y seguir animando las grandes ideas y proyectos que se han adelantado en esta materia, quiero invitar a participar a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y sin ánimo de lucro, instituciones educativas y corporaciones con enfoque social de Latinoamérica que, haciendo uso de la tecnología y la inteligencia artificial impactan de manera positiva su realidad y su contexto, en AI Impact Challenge 2019, una iniciativa de Google.org que busca reconocer los esfuerzos realizados en esta materia. Los ganadores tendrán la posibilidad de acceder a parte de los US$25 millones que otorgaremos en el próximo congreso de desarrolladores Google I/O (en mayo de 2019), para financiar sus proyectos y también podrán aprender de la experiencia técnica de nuestros profesionales en este campo.
Estoy convencida del papel que tiene la IA en acelerar los esfuerzos de investigación e ingeniería para reimaginar la forma en la que respondemos a los retos que enfrentamos a diario en América Latina. Por eso, nuestro compromiso es impulsar un contexto regional en el que las organizaciones, las personas y la tecnología puedan interactuar de una forma natural y sencilla. Aún queda mucho por recorrer, pero todo lo que hagamos para seguir democratizando el acceso, uso de la tecnología y de la inteligencia artificial, para inspirar a las mentes más brillantes de nuestra región y mejorar las condiciones de vida de millones de personas en el mundo, será siempre bienvenido.
*Vicepresidenta para Google Hispanoamérica.
Por: Adriana Noreña*
Desbloqueamos nuestros celulares con una mirada. Accedemos a aplicaciones que detectan el clima y estiman el tiempo que nos tomará llegar a nuestros destinos. Manipulamos la iluminación de nuestro hogar desde la oficina. Recibimos recomendaciones de música y aplicaciones basadas en los intereses que hemos expresado anteriormente. ¿Cómo hemos llegado hasta allí? La respuesta, entre otras, es la Inteligencia Artificial (IA).
Contrariamente a lo que muchos creen, la IA no se trata de grandes máquinas y robots que percibimos ajenos a nuestra realidad, sino de todo un conjunto de desarrollos tecnológicos que usamos a diario, que encontramos a tan solo un clic de distancia y que nos permiten desde contar con un asistente personal que nos ayuda a realizar nuestras tareas cotidianas, hasta encontrar formas eficientes para conservar las especies naturales a través del reconocimiento de imágenes. En otras palabras, todos percibimos los beneficios de la IA.
Cuando notamos esto, una de las preguntas que llega a nuestras mentes es: ¿cómo podemos seguir sacando el máximo provecho de la inteligencia artificial para mostrar lo mejor de la inteligencia humana? Para mí, la clave está en impulsar el desarrollo de la tecnología y en lograr que, cada vez más personas, tengan acceso a los recursos y herramientas que ella ofrece.
Y es que no es necesario tener un PhD en Ciencias de la Computación para creer que la tecnología puede convertirse en una fuerza positiva a través de la cual se pueden mejorar las condiciones sociales, ambientales y económicas de miles de personas en el mundo. Lo que debemos reconocer es que eso, por sí solo, no es suficiente. Podremos materializar el poder transformador de la tecnología, únicamente, si logramos combinarla con las mejores iniciativas humanas.
Existen ya algunos ejemplos de ello. En América Latina tenemos proyectos que, usando tecnología basada en IA, logran fines positivos para la sociedad en diversos sectores, como la industria de la salud. Tal es el caso de Portal Telemedicina, un emprendimiento brasileño que está aplicando IA para ofrecer diagnósticos remotos a cientos de personas en la selva Amazónica. O casos en el sector ambiental, como en California, donde un grupo de estudiantes desarrolló un proyecto que gracias a TensorFlow (Software de código abierto para el aprendizaje automático desarrollado por Google), predice los incendios que se pueden producir en ese estado. Estas son solo dos de los muchos ejemplos que se han impulsado en todo el mundo con el propósito de brindar una respuesta eficiente a los problemas complejos que se presentan en nuestro entorno.
Frecuentemente se dice que la tecnología ha avanzado a pasos agigantados y, personalmente, no tengo dudas de eso. Pero, también es cierto que con ella nuestra capacidad de ingeniarnos nuevas formas de resolver los grandes desafíos que enfrentamos diariamente también ha crecido de manera exponencial. Y, en esa medida, el único camino posible para seguir fortaleciendo esa relación de doble vía es el de disminuir las barreras que existen para llegar a la inteligencia artificial.
Por esta razón, y con el propósito de dar a conocer y seguir animando las grandes ideas y proyectos que se han adelantado en esta materia, quiero invitar a participar a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y sin ánimo de lucro, instituciones educativas y corporaciones con enfoque social de Latinoamérica que, haciendo uso de la tecnología y la inteligencia artificial impactan de manera positiva su realidad y su contexto, en AI Impact Challenge 2019, una iniciativa de Google.org que busca reconocer los esfuerzos realizados en esta materia. Los ganadores tendrán la posibilidad de acceder a parte de los US$25 millones que otorgaremos en el próximo congreso de desarrolladores Google I/O (en mayo de 2019), para financiar sus proyectos y también podrán aprender de la experiencia técnica de nuestros profesionales en este campo.
Estoy convencida del papel que tiene la IA en acelerar los esfuerzos de investigación e ingeniería para reimaginar la forma en la que respondemos a los retos que enfrentamos a diario en América Latina. Por eso, nuestro compromiso es impulsar un contexto regional en el que las organizaciones, las personas y la tecnología puedan interactuar de una forma natural y sencilla. Aún queda mucho por recorrer, pero todo lo que hagamos para seguir democratizando el acceso, uso de la tecnología y de la inteligencia artificial, para inspirar a las mentes más brillantes de nuestra región y mejorar las condiciones de vida de millones de personas en el mundo, será siempre bienvenido.
*Vicepresidenta para Google Hispanoamérica.