Uno de los retos más relevantes que tiene la sociedad es la resolución de conflictos. Cuando uno de los autores sobresalientes del siglo pasado, Simmel, escribió que “en las relaciones más profundamente motivadas, el conflicto acaba cuando su pulsión sale a la superficie y apacigua las pulsiones contrarias que lo suscitan”, también estaba diciendo implícitamente que el conflicto siempre es algo un poco más complejo que la lucha entre rivales, siguiendo formas y protocolos.
Por Juan Felipe Acosta S.*
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