De entrada, llama la atención la Feria del Libro de Pereira, cuyo ente rector es la Cámara de Comercio de la ciudad. Enhorabuena esta escala colombiana de paisaje, café y libro, concebida once años atrás por Giovanny Enrique Gómez Gil quien, siendo gestor cultural de la institución, propuso como articulación de necesaria iniciativa realizar la feria en el año 2014.
El COVID-19 apagó la vida de tan visionario poeta y agente cultural, mas no su legado que, desde el 2017, viste de gala en Expofuturo y tiene desde 2021 como directora de la feria a Claudia Morales, cuya calidez humana, sumada a su amplia experiencia en medios de comunicación, propician el eje fundamental de organización, promoción del evento y la creación de la programación.
Este propósito es apoyado por un equipo muy sólido de la Cámara que trabaja en las alianzas, la logística y toda una curaduría en pro de la arquitectura de un evento relevante y atractivo destinado a promover la cultura y un amplio capítulo de diferentes expresiones de las artes regionales para todos los públicos.
La semana del 1 al 5 de octubre 2025, en la que la feria celebró su décimo primera versión, inspiró más de un motivo de reconocimiento a Risaralda y su capital Pereira como territorio de historia y cordialidad donde se forjan destinos transformadores para los pueblos, promulgando estos espacios feriales como un derecho fundamental y un acto de libertad propicio para ejercitar la imaginación.
El lema “La Memoria: guardiana de la cultura” abrió puertas como destino al departamento del Amazonas con su capital Leticia, universo biocultural y de importancia ecosistémica para el planeta. Participamos como territorio ancestral de culturas vivas y que, en fusión intercultural, sumamos a la diversidad de la programación del evento. La delegación estuvo presidida por el alcalde Elquin Uní Heredia y el trabajo logístico de la Dirección Municipal de Cultura, Educación y Deporte, con el secretario Alex Manjarrés a la cabeza.
Los confortables espacios del recinto ferial impregnados de registros visuales y sonoros, narrativa de saberes y tradición de las expresiones, memoria colectiva y sabores terrígenos, respiraron Amazonas. El poder de la palabra se expandió cual biblioteca abierta con la sabiduría del abuelo Nelson, indígena uitoto, en conexión con Dalvis y Policarpa, artesanos y gestores de las comunidades étnicas de Arara y El Progreso. Sus saberes fueron expuestos al público para conocer e interactuar sobre temas de medicina, arte, tinturas vegetales y tejidos autóctonos con fibras vegetales.
La invocación de danza y folclor con integrantes de la agrupación Nuestra Raza alegró la inauguración de la feria y el icónico stand de Leticia rindiendo tributo al legado ancestral de los pueblos aborígenes. Los escritores Alejandro Cueva, Jorge Picón, Armando Rivera y quien escribe esta columna, en las disertaciones e interacción con cientos de visitantes, logramos reencuentros con amigos del Amazonas, visitantes, turistas potenciales y nuevas relaciones. Laura Novoa, bibliotecaria municipal, a través de promotores nativos del programa de Bibliotecas Rurales Itinerantes (BRI), presentó el proyecto de Oralidad y escritura de la Primera Enciclopedia Amazónica.
La presencia de Leticia permitió abordar el retorno a la tierra de las verdes y azules distancias, fragmento de multicolores paisajes con olor a selva y río con un agradecimiento y un hasta luego a Pereira, anfitriones y directivos de su feria del libro. Compartir y unir lejanía, conforta con la cordialidad y experiencias contenidas en esta iniciativa.
Que sobreabunden mimos contantes y sonantes para la cultura, camino del bien hacer por Colombia.
* Educomunicadora y gestora cultural (Leticia, Amazonas). Escribe en espacio cedido en esta ocasión por la columnista Claudia Morales.