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El miércoles 3 de marzo Fedesarrollo hizo una muy interesante propuesta de reforma estructural que incluye temas de política social, mercado laboral y política tributaria. Entiendo que se trata de un documento que fue objeto de muchas discusiones internas, sustentadas con cuidadosos estudios y, por lo tanto, no es fruto de la improvisación con la que a veces hablamos sobre estos temas.
Estoy de acuerdo con muchos de los elementos del documento y me parece un avance importante mirar los problemas desde una perspectiva general y no cada uno de ellos de manera aislada. Sin embargo, hay dos puntos que me preocupan un poco y que quiero discutir a continuación: la propuesta pensional y la falta de un seguro de desempleo adecuado.
La propuesta pensional de Fedesarrollo consiste en la creación de un piso básico que garantizaría una pensión igual a tres veces la línea de pobreza y otros dos pisos que serían flexibles. La garantía mínima es universal, pero muy baja (posiblemente por razones de financiamiento). De ese punto en adelante los trabajadores y los empresarios tienen que negociar aportes a instituciones de ahorro pensional o crear su propio plan de ahorro individual. Esto abre la puerta para que nuevos modelos de ahorro entren al mercado, con lo cual se incrementa la competencia, lo cual tiene ventajas, pero también varios problemas.
Uno, el sistema no es plenamente obligatorio (ya que algunas empresas están exentas), con lo que se pierde el principio de universalidad del sistema pensional. Esto deja a decisión de las personas determinar el monto de ahorro mensual que deben hacer para su retiro, bajo el supuesto de que ellas toman decisiones racionales que reflejan su mejor interés de largo plazo. El problema es que las personas no son tan racionales, como lo han demostrado los proponentes de la nueva economía del comportamiento como Richard Thaler* (premio nobel de Economía en 2017) y otros. Para ellos, los seres humanos no se comportan como la teoría económica tradicional supone, ni tienen toda la información, el conocimiento, ni la capacidad de tomar decisiones de este tipo adecuadamente. Por el contrario, sus decisiones se toman a través de métodos menos rigurosos (heurísticos) que en general están afectados por sesgos de todo tipo. El resultado probablemente es que los ahorros pensionales generados de esta manera serán inferiores a lo necesario. Por esta y otras razones los aportes pensionales y su monto deben ser obligatorios y universales.
Un segundo problema con el sistema pensional propuesto por Fedesarrollo es que los aportes de empresas y trabajadores se decidirán a través de negociaciones. Dada la debilidad del movimiento sindical, especialmente en el sector privado, la capacidad de los trabajadores estará muy limitada para garantizar fondos pensionales de magnitud adecuada.
El otro problema que quiero mencionar tiene que ver con el diseño de un adecuado seguro de desempleo. Fedesarrollo no es del todo claro en esto y parece dejarlo en manos de las cajas de compensación y limitado a trabajadores de hasta 1,5 salarios mínimos. El desempleo es un riesgo que afrontan todos los trabajadores y en la medida en que se aceleren los cambios tecnológicos se va a incrementar. En los cálculos que el autor ha hecho, los trabajadores desempleados duran buscando trabajo entre seis meses y un año, dependiendo de la etapa del ciclo económico, pero hay una dispersión muy grande entre grupos sociales. La forma como se manejan estos riesgos en la actualidad es costosa para las empresas (indemnizaciones por despido) y los fondos de cesantías cuyo propósito se ha distorsionado. Una parte importante de una reforma laboral debe ser la construcción de un seguro de desempleo universal que reconozca la magnitud de dicho riesgo y sirva como un mecanismo anticíclico estabilizador de la economía. A lo largo de los años se han hecho propuestas que se pueden retomar. Por ejemplo, hace unos años propuse un sistema de cuentas individuales articulado a programas de recapacitación y de intermediación laboral que no sería tan costoso de financiar.
Lo que sabemos es que el seguro de desempleo a través de las cajas de compensación que existe en este momento está muy lejos de ser adecuado para las necesidades del país.
* Ver Thaler, R. “La psicología económica”, capítulo 31.