Publicidad

Los estadounidenses están descubriendo que Tesla no es la única marca de autos eléctricos

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Columnista invitado EE: Farhad Manjoo
27 de diciembre de 2022 - 05:30 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

No hace mucho tiempo, los vehículos eléctricos de Tesla eran por mucho los mejores en el mercado. Si deseabas un vehículo eléctrico elegante, de largo alcance, fácil de cargar y repleto de funciones, Elon Musk sería tu proveedor más probable, incluso si lo odiabas.

No obstante, ya no es así. Durante el último año, probé muchos vehículos eléctricos nuevos y fantásticos que ingresaron al mercado en 2021 y 2022 (baratos, caros, grandes, pequeños, extraños, aburridos). El F-150 Lightning de Ford, la versión eléctrica del vehículo más vendido desde hace mucho en Estados Unidos, y su Mustang fueron maravillosos por dentro y por fuera: bien diseñados, espaciosos y divertidos al manejar. El exterior impactante y futurista del EV-6 de Kia hizo que desconocidos me pararan para preguntarme qué auto tan genial conducía. También hay modelos muy buenos de Chevy, Mercedes y Rivian.

Aunque me gustaron los Teslas que manejé —el supercaro Model S Plaid, que puede acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en alrededor de dos segundos, fue muy divertido—, la verdad es que muchos de los mejores autos eléctricos en el mercado actual no son fabricados por Musk.

La competencia nueva hace que el papel reciente de Musk como el pregonero de la derecha en línea que está consciente de la realidad sea especialmente desconcertante y, para su compañía automotriz, peligroso. La gestión caótica y polarizante de Musk como director ejecutivo de Twitter (durante la cual ha adoptado tropos de extrema derecha sobre género, periodismo y salud pública, y en general se ha comportado como un acosador embriagado de poder) parece ya estar afectando la marca Tesla.

The Wall Street Journal informó el mes pasado sobre una encuesta realizada por Morning Consult que mostraba que las percepciones de Tesla han estado descendiendo de manera constante desde mayo, poco después de que Musk comenzó con su propuesta de adquirir Twitter; entre octubre y noviembre, el periodo en que Musk tomó posesión de Twitter, los sentimientos entre los demócratas hacia Tesla se desplomaron, mientras que la preferencia entre los republicanos se elevó un poco.

Ross Gerber, director ejecutivo de Gerber Kawasaki Wealth and Investment Management, me dijo: “Está convenciendo a las personas de que no compren autos que quieren comprar”.

Gerber, cuya firma posee acciones de Twitter y Tesla, ha estado provocando a Musk en Twitter sobre el desempeño terrible de Tesla en el mercado bursátil este año, el cual Gerber asegura que se debe casi por completo al enfoque de Musk en Twitter y su adopción abierta de la política partidista. Las ventas y ganancias de Tesla se mantienen fuertes, su capacidad de producción continúa aumentando y es probable que se beneficie en gran medida de los créditos fiscales para vehículos ecológicos que se aprobaron en la ley de reducción de la inflación que el presidente Joe Biden promulgó en agosto. Sin embargo, su éxito podría ser opacado por los tuits de Musk.

Gerber afirmó: “No me importa si estás vendiendo pizza, palomitas de maíz o cualquier otra cosa, hablar de política con los clientes nunca tiene buenos resultados”.

Es difícil no estar de acuerdo. Hace algunas semanas, probé el nuevo Bolt EUV de Chevy, el “crossover” eléctrico de poca altura que es el primo un poco más grande del Bolt EV, el auto eléctrico más barato que General Motors empezó a comercializar en 2016. Me quedé boquiabierto con el nuevo vehículo utilitario eléctrico Bolt. Me pareció sorprendentemente espacioso y mucho más agradable en el interior de lo que su exterior solemne indicaba. También me agradó que su interior se sentía mucho más como un auto normal que el estilo de diseño automotor saturado de pantallas táctiles de Musk. En el Bolt puedes controlar el aire acondicionado y otros sistemas con palancas y botones robustos que son fáciles de encontrar y manipular mientras conduces; en un Tesla, casi todo es controlado al tocar una pantalla grande montada en la consola central.

Lo mejor del Bolt EUV de Chevy es que el modelo que yo probé, que estaba equipado con casi todas las opciones disponibles, incluyendo el fantástico programa de asistencia al conductor de GM, Super Cruise, tiene un precio de venta de menos de US$38.000. El auto más barato de Tesla, el Model 3, se vende en más de US$45.000. Mientras manejaba el Bolt, me planteé una pregunta que surgió a menudo este año: con alternativas tan grandiosas que no tienen nada del bagaje político de Musk, ¿por qué Elon continúa actuando como si los clientes no tuvieran otra opción, como si él fuera el único proveedor?

La nueva vulnerabilidad de Tesla es un hecho sorprendente. En su punto más alto, el otoño pasado, la compañía automotriz de Musk llegó a una valuación en el mercado bursátil de más de US$1 billón, mayor que el valor combinado de los cinco fabricantes de vehículos más grandes del mundo. Tesla parecía imparable. Mientras automotrices rivales sufrían escaseces de suministros que frenaron las ventas durante gran parte de 2021, las inversiones alguna vez ridiculizadas que hizo Tesla en su propio software y componentes le permitieron aguantar los problemas de la cadena de suministro, lo que resultó en ventas récord.

Entonces, de manera inexplicable, Musk se concentró en Twitter y empujó a Tesla a un acantilado. Este año, cuando vendió decenas de miles de millones de dólares en acciones de Tesla para financiar su oferta por Twitter y pareció apostar su reputación a que podía domar las disputas que sacuden uno de los lugares más divisivos de internet, las acciones de Tesla se desplomaron más del 60 %. Su caída es más profunda que la de la mayoría de sus rivales y mucho mayor que las del índice Standard and Poor’s 500, que ha descendido alrededor del 19 % durante el año.

No todos los problemas de Tesla son culpa de Musk. Como otros fabricantes globales, la empresa ha enfrentado retrasos de producción en China relacionados con el COVID-19. Ha luchado para incrementar la producción en sus instalaciones nuevas en Austin (Texas) y Berlín. Los constantes aumentos de la Reserva Federal a las tasas de interés y la posibilidad amenazante de una recesión han limitado las ganancias de Tesla. En Twitter, Musk ha culpado en diversas ocasiones a la Reserva Federal por el desplome de las acciones de Tesla.

No obstante, los analistas e inversionistas con los que hablé afirmaron que estos eran problemas secundarios.

Dan Ives, un analista en Wedbush Securities que da seguimiento a Tesla, opinó: “Tesla es Musk y Musk es Tesla”.

Tesla todavía goza de algunas ventajas sobre sus rivales, en especial su red de más de 40.000 estaciones de carga en el mundo, lo que hace a los Teslas más fáciles de cargar que otros vehículos eléctricos. Sin embargo, el Gobierno Federal planea invertir miles de millones en instalar estaciones de carga en todo el país, lo cual es probable que erosione el liderazgo de Tesla. (La empresa ha abierto sus lugares de carga en Europa a autos fabricados por otras automotrices y ha señalado que planea hacer lo mismo en América del Norte).

Colin Rusch, un analista en la firma de inversiones Oppenheimer & Co., señaló que Tesla también disfruta de una ventaja de varios años en ciertas tecnologías de vehículos eléctricos. Ha invertido mucho en el diseño avanzado de baterías y procesos de manufactura más eficientes, áreas en las cuales sus rivales apenas están empezando. Aun así, Rusch hace poco redujo sus expectativas para el precio de las acciones de Tesla y dio como razón el sentimiento cada vez más negativo hacia Musk.

Rusch me comentó que muchas personas consideran a sus autos “como una manera de representar cierto tipo de identidad, y la marca Tesla y lo que representa han pasado a significar algunas cosas más que antes”.

(c) The New York Times.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.