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Hace dos semanas en mi colegio, una profesora soñadora que le da el título a esta columna logró poner en la mesa de comedor del colegio unas hortalizas sembradas por los niños del programa de inclusión que tenemos (Down, Autismo, entre otros), protegidas por otras plantas de las plagas que las asechan y ofrecidas con una alegría inédita. Orgánicas se llaman. Ella con sus alumnos. Calladita. Aró, sembró y cosechó. Y no habló tanto. Ahora que la vida es la marca del gobierno actual, y la seguridad alimentaria y la transformación energética, y el cambio climático, los demás celebraron la hazaña que alcanzó para sentar a la mesa a...

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Maribel(27840)18 de junio de 2023 - 10:42 p. m.
Si la cosa es por ahí.
beatriz(94449)18 de junio de 2023 - 03:38 p. m.
Excelente columna. Me encantó su reflexión y Luisa y su lugar en la historia. Mil gracias. Luisa y usted le dan el valor que merece el maestro! Afortunados sus alumnos. Ánimo profesor, esa es la línea!
Gabor(jhlcb)18 de junio de 2023 - 12:22 a. m.
Columna Insulsa. He ahí Fidel, la razón de porque todos los día El Espectador pierde suscriptores.
  • beatriz(94449)18 de junio de 2023 - 03:40 p. m.
    Uy, Gabo???
Felix(92108)17 de junio de 2023 - 11:18 p. m.
Qué buen artículo, es un oasis entre tanto radicalismo y despreocupación por el otro. Bravo por el Autor y mil ¡Hurras! por Luisa.
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