Más de 8.000 personas en EEUU han demandado por el uso de glifosato

Columnista invitado EE
26 de septiembre de 2018 - 02:14 p. m.

Camilo Morales Jiménez*

El ministro de Defensa, Guillermo Botero expresidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) mencionó “no he conocido un mejor herbicida” para la erradicación de cultivos ilícitos. ¿Será realmente tan bueno?

Si se revisa la página del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos se han reportado al día de hoy 308 investigaciones acerca del uso de este herbicida, desde efectos en agricultura, medio ambiente, medicina, biología, genética y química. Un punto importante en el cual ya se tiene claridad y consenso es que, desde el punto de vista químico, como lo explica la profesora Angélica Garcia profesora de la Universidad Javeriana, el glifosato o [N-(fosfono-metil) glicina]  es una molécula altamente soluble en agua capaz de atravesar las membranas biológicas con lo que su difusión en fuentes acuíferas es alta y es una forma de distribución en los diferentes seres vivos como ya se reportó por Francisco Bermúdez Huertas en su estudio Impacto medioambiental y social del glifosato en Colombia.

Por su parte, la profesora Elizabeth Londoño de genética de la Universidad Javeriana explica que en el 2015, la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer concluyó que esta sustancia es probablemente cancerígena, lo que llevó este año a que la productora de este herbicida indemnizara con 289 millones de dólares (246,9 millones de euros) a un jardinero que presentó cáncer terminal y ha llevado que en la actualidad ya sean 8.000 personas las que han demandado a Monsanto en EEUU por daños y perjuicios. Pero lo que ha llevado a estos incrementos de demandas son los diferentes estudios realizados con cultivos celulares y en animales que evidencian el daño en el material genético (genotoxicidad), estrés oxidativo e inhibición de la reparación del material genético. Todo esto conduce a eventos inductores de mutagenicidad, carcinogenicidad y teratogénesis.

Pero algo más sorprendente es que la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) en el 2008 publicó “La aspersión aérea de cultivos en Colombia UNA ESTRATEGIA FALLIDA” y un punto importante de discusión importante que trae este documento es “Las hectáreas asperjadas no son sinónimo de erradicación”  y revisando en el 2004 se fumigaron 136 mil hectáreas para eliminar 6.000 hectareas de cultivos ilícitos, pero algo peor paso en el 2005 con casi 139 mil hectáreas asperjadas y el área sembrada de cultivos ilícitos aumentó en 6.000. Por lo tanto, concluyen en este documento que “la aspersión aérea no baja la productividad en Colombia ni la disponibilidad de la cocaína en el exterior”.

Y con toda esta información, es llamativo como el ministro de Defensa y el Presidente de la República siguen insistiendo en que esta es la mejor forma de la erradicación de cultivos ilícitos. La verdad es que con este método los costos invertidos no guardan relación con los objetivos y el único que gana en esto es la empresa que vende el producto.

Como dijo Eduardo Cifuentes Muñoz ex Defensor del Pueblo:

 “Es una falacia y en cierto sentido un crimen de guerra, sostener que la única manera para combatir el narcotráfico sea destruyendo la naturaleza y atacando a la gente pobre”.

*Profesor/Investigador

Departamento de Ciencias Básicas de la Salud

Facultad de Ciencias de la Salud

Pontificia Universidad Javeriana

 

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