Publicidad

Me quito el sombrero, Joe

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Columnista invitado EE: Pablo Ramírez Uribe
21 de julio de 2024 - 10:25 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Esto fue a mediados, o quizás finales, de marzo de 2016. Estaba sentado en una incómoda silla, invitado por mi posición como “Ministro de Diversidad Y Eventos Multiculturales” del gobierno estudiantil de mi universidad en Estados Unidos. Había sido el organizador del evento It’s On Us (Está en nosotros), con el cual buscábamos educar sobre el acoso sexual y la violencia de género entre los estudiantes. El invitado especial, el hombre sentado frente a mí, el que le hablaba a un grupo grande de mis amigos y mis constituyentes, era el ex-vice presidente, el futuro presidente, el que acaba de suspender su candidatura, Joseph R. Biden III.

Cuento esta anécdota no para mencionar que yo fuera alguien importante, sino porque en esas pocas horas tuve la oportunidad de conocer a Joe Biden en persona. Le tomó media hora subir al escenario porque le estaba dando la mano y tomándose selfies con todas las personas se lo pedían en la sala. La rabia que emanaba de él por los casos de acoso sexual era palpable. Sonreía con tanta honestidad, gesticulaba con tanta fuerza, que tengo que reconocer que el hombre que vi en el debate contra Donald Trump hace un mes, el hombre que habló a las horas del atentado contra el candidato republicano, sí, ese mismísimo que habló frente a los países miembros de la OTAN y llamó al presidente Zelensky al querer referirse a Putin -sin decir que ese día “logró” la resurrección del presidente Mitterand-, ese hombre no era el Joe Biden que conocí.

Un artículo que leí decía que, para este punto, tenerlo en campaña presidencial era casi un caso de abuso a un anciano. Era injusto. Era doloroso. Era claro que las encuestas y la gente no veían que su candidatura fuera viable, pero su ego y su prepotencia lo mantenían en su quijotesca campaña.

Hoy, por fin nos escuchó.

Mejor dicho, por fin escuchó a su esposa Jill Biden, a su hermana Valerie Biden Owens, y a su hijo Hunter Biden. Ese círculo familiar era el único que lo podía convencer. Y al final lo hicieron.

Ahora empieza un nuevo drama: ¿será su vicepresidenta Kamala Harris la elegida como candidata en la Convención Demócrata que tendrá lugar en un mes, a la cual ya Biden dio su apoyo? ¿Se postularán otros candidatos e intentarán usar la Convención del partido Demócrata para ser los abanderados del intento -fallido- de Biden de mantener la Casa Blanca en las manos de la centro-izquierda? Ahora a la derecha le toca reinventar sus ataques, sus enemigos, sus peleas a muerte. Lo que tenemos al frente es como el ‘event horizon’ -horizonte de sucesos- de los agujeros negros, en los que hasta la luz se pierde y es imposible predecir qué existe en ese más allá.

Pero por ahora Biden puede descansar. Puede saber que deja un legado -ganarle a Donald Trump no es poca cosa-, y que no destruirá ese legado y a su país -y no en ese orden-.

Resumo y completo la anécdota en la universidad: al terminar su discurso, duró otra media hora tomándose selfies, grabándole mensajes de voz a la gente, abrazando más de lo que uno hubiera esperado, ¡pues hace ocho años yo ya pensaba que se veía viejo! Me dio pena interactuar con él -como me pasa con cualquier famoso-, pero al final decidí llamarlo por su nombre cuando por fin se estaba yendo del escenario. Vi que ya estaba cansado y no quería tener que interactuar con alguien más. Pero lo único que hice fue agradecerle por su trabajo y le entregué una de las tarjetas que creamos para los eventos de It’s On Us.

Ese Joe Biden sabía que inevitablemente se iba a cansar ese día. Ese Joe Biden supo decidir cuándo debía irse de ese escenario, literal y metafórico. Y ese Joe Biden, que yo conocí ese día cuando le di mi mano y le agradecí por su trabajo, ha tomado hoy la mejor decisión de su vida política y personal. Me quito el sombrero, Joe.

Por Pablo Ramírez Uribe

Conoce más

 

Edgar(22146)22 de julio de 2024 - 04:09 a. m.
Biden es una hombre virtuoso y leal a sus principios. Desafortunadamente la vida a medida que pasa el tiempo nos cobra nuestra senectud. Mi admiracion total por su honestidad y por su transparencia. Hombre pulcro que siempre lucho por la democracia, por la decencia y por todo lo mejor para su pais. Me uno y tambien me quito el sombrero por Biden. Good job. Well done.
Lismario(26872)21 de julio de 2024 - 11:54 p. m.
Que buena decisión de Joe Biden, por la Salud de la Democracia Norteamericana y la paz del mundo, ojalá el partido Demócrata elija bien al sucesor.
Eduardo(7668)21 de julio de 2024 - 10:51 p. m.
Good ol' Joe
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.