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Netflix vs Paramount: la batalla por un nuevo Hollywood

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Columnista invitado EE: Andrés Benítez Posada
22 de diciembre de 2025 - 05:05 a. m.
“¿Podemos confiar en las promesas de Netflix de que preservará la experiencia teatral?”: Andrés Benítez Posada.
“¿Podemos confiar en las promesas de Netflix de que preservará la experiencia teatral?”: Andrés Benítez Posada.
Foto: Edición Revista Vea
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El tablero de juego para Hollywood se sacudió violentamente esta semana con el anuncio de que Warner Bros. Discovery, empresa madre del estudio centenario, había aceptado la oferta para ser adquirida por Netflix por US$ 82.700 millones de dólares. El sacudón puso a la industria entera en alerta y dio paso a toda clase de especulaciones sobre cómo se vería el panorama del cine con Warner en manos del gigante del streaming.

La trama dio un nuevo giro cuando David Ellison, cabeza de Paramount, contraatacó con una oferta pública de adquisición que superaba la de Netflix por más de US$ 17.000 millones. No es exageración decir que del resultado de esta puja depende la industria del entretenimiento y, particularmente, la del negocio teatral.

A pesar del brillo y glamour que ostenta Hollywood, la industria se encuentra en crisis, entre otras cosas, por la expansión del streaming, huelgas, impactos políticos, el advenimiento de la IA y una audiencia que no ha regresado a las salas en los números prepandémicos. Los más afectados han resultado ser los teatros, que dependen de la recepción continua de películas por parte de los grandes estudios para subsistir. Cualquier cambio a este sistema —como la compra de uno de ellos por parte de una empresa que no vea el valor del negocio teatral— resultaría en una catástrofe.

El CEO de Netlflix, Ted Sarandos, ha llamado al deseo de querer ver las películas en pantalla grande “un concepto obsoleto” y ha declarado que “llevar gente al cine no es asunto nuestro”. Es por esto por lo que el anuncio del pasado viernes de que habían ganado la puja puso a temblar a personajes como James Cameron, Jane Fonda y Christopher Nolan, quienes entendieron la amenaza que significa para la industria a la que le han dedicado su vida.

Sin embargo, en días recientes Netflix ha suavizado su postura prometiendo que “honraría los acuerdos contractuales de Warner Bros. para estrenar películas en cines”. Probablemente al sentir el temor latente, Sarandos ha tenido que salir a disiparlo asegurando que “no compramos esta empresa para destruir ese valor”, refiriéndose a la larga historia de Warner como un estudio cinematográfico con su propia máquina de distribución teatral. “Queremos que estos tres negocios sigan operando prácticamente como están” aseguró, refiriéndose a las ramas de producción de cine, televisión y HBO.

Mientras tanto, Paramount le apunta a seducir directamente a los accionistas de WBD, recurriendo a toda clase de argumentos: económicos, con su oferta superior a la de Netflix; cultural, prometiendo que preservarán el negocio teatral con más de 30 lanzamientos al año; y político, recordándoles su cercanía con el gobierno actual, lo que facilitaría superar las barreras antimonopolio.

Sin dejar de lado las aristas políticas y económicas de esta disputa, para este romántico la verdadera incógnita es sobre nuestra capacidad para disfrutar del cine como lo hemos venido haciendo. ¿Podemos confiar en las promesas de Netflix de que preservará la experiencia teatral? ¿O se convertirá este en el golpe final que convenza a la industria cinematográfica de que el negocio teatral es cosa del pasado? Veremos cómo pinta el futuro en los próximos días cuando la junta de Warner comunique su decisión.

@benz_peliculasyseries

Por Andrés Benítez Posada

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