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La propuesta de reforma policial

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Columnista invitado EE: Coronel (r) John Marulanda*
10 de junio de 2021 - 06:56 p. m.
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Por: John Marulanda*

La reforma a la Policía anunciada por el presidente Duque no obedece a un proyecto programático del gobierno sino a una coyuntura de severa perturbación social y como consecuencia de la negociación con los representantes de tres sindicatos que no suman ni el 2 % de la población colombiana.

La presentación al Congreso del proyecto de ley con la reforma propuesta a una institución critica para la supervivencia del país, justo en momentos de inestabilidad y zozobra, garantiza una discusión polarizada, poco racional, con resultados que pasarán cuenta de cobro más adelante. Porque es precario reformar una institución al calor de incendios, denuestos y una virtualidad de redes sociales que han logrado estigmatizarla con opiniones engañosas que tienen como objetivo, finalmente, la desestabilización del país.

Recordemos que, en otra reforma circunstancial, en agosto del 1993 (César Gaviria), la Ley 62 creó el cargo de comisionado nacional para la Policía, dependiendo directamente del ministro de la Defensa Nacional, lo cual derivó en un rifirrafe de influencias políticas clientelistas que terminó por opacar y desaparecer tal figura.

En medio de esta desastrosa pandemia, la reforma luce inoportuna, y a su concreción se abonarán la lentitud proverbial del Estado, las severas limitaciones presupuestales y las urgencias del orden público que no cederán a corto plazo. Todos estos factores pueden hacer que la reforma se trasforme en un maquillaje que no podrá, en ningún caso, cambiar la esencia institucional que ha permitido que la Policía Nacional se adecúe a los cambiantes pero repetitivos contextos de seguridad ciudadana del país.

Las jerarquías, la subordinación y la disciplina son pilares sobre los cuales no hay nada que decir. Sin ellos, ninguna institución de seguridad sobrevivirá, y si es armada, como el caso de la Policía, son las garantías mínimas sin las cuales se puede terminar en un desastre de consecuencias irreparables.

La creación de un Viceministerio parece señalar la mitad del camino hacia un Ministerio de la Seguridad Pública, una aspiración de vieja data de la izquierda política, que contempla un control político de la Policía a fin de garantizar su permanencia en el poder, ante los inefables “ataques del imperialismo y la burguesía criolla” al decir de uno de los voceros de esta tendencia ideológica. A nuestro modo de ver, tal dependencia sería inconveniente.

Un viceministro a cargo de estructurar la política de seguridad ciudadana y guiar la Policía por ese camino presenta el grave riesgo de una politización institucional, de lo cual ya tenemos amargas experiencias en nuestro pasado histórico y crudos ejemplos como Venezuela y Nicaragua. En este último país, durante las protestas estudiantiles del 2018, fueron asesinados más de 300 estudiantes por la policía orteguista. Ojalá y en este cargo, si definitivamente se crea, se ubique a un conocedor en la materia y no a un político en ascenso o a un burócrata “de toda la vida”. Como fuere, el camino hacia una institución policial inscrita en el Ministerio del Interior parece haberse iniciado. Esas son malas noticias.

Por otra parte, cambiarles el uniforme a nuestros policías, es como querer cambiar las estructuras del edificio, pintando su fachada; la asignación de un código QR a cada uniformado plantea serios riesgos a la seguridad de nuestros policías, más aun en esta época de ingeniería cibernética disruptiva, y la profesionalización es un empeño de vieja data que ha permitido a nuestra institución policial sobrevivir con un prestigio reconocido internacionalmente.

Aunque algunos legisladores echaron de manera humillante a nuestros policías de sus recintos parlamentarios, esperemos que en el estudio del proyecto de ley entiendan el papel vital la institución policial juega en la estabilidad del país y que el gobierno, a pesar de los apuros por los que está pasando, tome decisiones bien pensadas con perspectiva de nación.

* Presidente de ACORE

Por Coronel (r) John Marulanda*

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Mauricio(17949)13 de junio de 2021 - 01:06 p. m.
Opinión sesgada por el contenido y el origen del autor. La policía debe depender del ministerio del interior como es en el mundo en general. Debe estar sujeta a una entidad de investigación independiente. Menciona los muertos de Nicaragua pero no los de Colombia, al menos los de los últimos cuatro años. Aún no se hace justicia en casos como el de Dylan Cruz, Santiago Murillo y tantos otros.
  • Mauricio(17949)13 de junio de 2021 - 01:13 p. m.
    La desestabilización del país va por cuenta del Uribismo desde el famoso articulito y los 6042 asesinatos ordenados por el sindicado de la DEA#82, pasando por la cooptacion de los órganos de control por parte del CD. Todo a punta de mentiras desde el mismo nombre, el CD no es de centro ni tampoco democrático. Extrema derecha pura y dura.
Atenas(06773)11 de junio de 2021 - 10:52 a. m.
Excelentes reflexiones de un verdadero conocedor del asunto en cuestión. En lo suyo hay fino análisis q' bien sustentan su aserto. La tal reforma a la Poli es otra pretensión a objeto d dar un paso más en el urdido libreto d cómo desestabilizar el país. Es canibalismo puro. Nuestro pasado aborigen persiste con ofrendas a lo absurdo.
  • Mauricio(17949)13 de junio de 2021 - 01:08 p. m.
    Menosprecia nuestro ser mestizo, falso erudito y mentiroso consumado. Otra salida en falso del facho.
Leandro(exbqo)11 de junio de 2021 - 10:12 a. m.
Está politizada la Policía y al igual que el ejército dominada por la doctrina de la seguridad nacional que asocia la protesta social a la subversión y la guerrilla. Por eso desde gobierno uribista-duquista disparan indiscriminadamente con paramilitares urbanos como en Cali. Sigue vigente depredadora alianza de narco-hacendados-parapolíticos-fuerzas armadas- gran capital industrial- financiero.
María(60274)11 de junio de 2021 - 04:07 a. m.
Cómo no reformar a la policía si este gobierno la convirtió en asesina de los mismos a los que debería estar protegiendo, porque proteger significa proteger a la gente de cualquier amenaza que la gente tenga y en este caso el gobierno es la amenaza para la gente, pero la policía se vendió a este gobierno, desdibujó totalmente su función de protección al pueblo. En este momento no hay policía.
  • María(60274)11 de junio de 2021 - 04:10 a. m.
    La policía en este momento son solo asesinos vestidos de verde y de negro, nada más.
Raúl(6779)11 de junio de 2021 - 03:28 a. m.
Esta columna, una amalgama de falacias, incongruencias, opiniones desinformadas o desinformadoras es la clara evidencia que la Policía es una institución a la que se llega porque no se tiene ninguna otra opción. Empezando porque en ningún país civilizado del mundo la Policía hace parte del ministerio de defensa.
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