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Los países que han ratificado el Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas deben presentar periódicamente ante dicha convención sus reportes en cuanto al estado y las tendencias de la biodiversidad.
Pero, más allá de cumplir con este importante requisito, los informes se convierten también en una gran oportunidad para llevar al debate público nacional los temas más relevantes sobre la gestión de la biodiversidad y su importancia para varios procesos. En el caso particular de Colombia, el Plan Nacional de Desarrollo, el proceso de paz y la agenda pos-2015.
Este informe de biodiversidad concluye varias cosas. Por un lado, que la sostenibilidad de los servicios ecosistémicos debe ser un eje central en las decisiones que se tomen sobre el desarrollo de los territorios que serán protagonistas en la implementación de las estrategias de construcción de paz. Muchas de esas zonas cuentan aún con una elevada integridad ecológica, que es fundamental para la provisión de bienes y servicios ambientales indispensables para la población y para los sectores productivos que dinamizan la economía. Considerar su importancia será estratégico para la sostenibilidad de la paz.
Por otra parte, los sectores productivos, más específicamente las locomotoras que dinamizan el desarrollo, se verían altamente favorecidos si incorporan en su propia planificación la gestión de la biodiversidad. El informe concluye que la no consideración de los servicios ecosistémicos en la planificación de sectores productivos genera impactos sobre la infraestructura del país, como lo ocurrido en 2010-2011 con la red vial nacional. Podría tener también un impacto sobre los distritos de riego, vitales para la agricultura.
También muestra, con ejemplos concretos, casos en los cuales la incorporación de la biodiversidad en algunos sectores se convierte en una apuesta gana-gana. Se están haciendo esfuerzos en el sector cafetero o en el desarrollo de sistemas silvopastoriles, entre otros. Igualmente, la expedición de instrumentos, como el Manual de compensaciones ambientales, son un ejemplo de cómo avanzar en el desarrollo generando sostenibilidad.
Finalmente hace un análisis de la contribución de la biodiversidad en el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y advierte que aquellas regiones con mayores índices de pobreza son, contradictoriamente, muy ricas en biodiversidad. Esto implica que no es suficiente tener una rica base natural, sino que es necesario pensar el desarrollo de manera diferencial, sin sacrificar la diversidad cultural ni biofísica. Igualmente destaca que la agenda pos-2015 deberá hacer del desarrollo sostenible un componente verdaderamente integral de los nuevos objetivos globales.
Jimena Puyana. Oficial de desarrollo sostenible del Pnud.
