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Por: Joseph Hodara*
La sorpresiva –y sorprendente– agresión que conoció Israel hace más de tres semanas cambiará drásticamente tanto el escenario político de este país como el juego de fuerzas e intereses en el Medio Oriente. Al ensayar aquí el esbozo de los factores que, creo, fundamentan esta perspectiva pondré acento en la actual confrontación entre las fuerzas israelíes y el liderazgo del Hamás que hoy domina el angosto territorio de Gaza.
El ataque a la zona sur de Israel que tuvo lugar el 7 de octubre constituye un sorpresivo golpe que traerá cambios radicales en el gobierno y en el liderazgo de las fuerzas armadas de este país. Desde las primeras horas del sábado hasta el momento en que escribo estas líneas los interrogantes se multiplican.
Antes, una confesión personal: a mi avanzada edad y como israelí solo puedo seguir las noticias que se originan en múltiples frentes tanto en mi país como en Gaza, sin excluir sucesos y declaraciones que se conocen en Líbano, Arabia Saudita e Irán, así como las voces de líderes norteamericanos y europeos. Me ayuda mi modesta capacidad para entenderlas.
Pero, más allá de giros y hechos que múltiples medios difunden e interpretan a partir de la agresión a Israel desde Gaza, aludiré a las implicaciones (tanto cercanas como de largo alcance) de este conflicto tanto en la fisonomía política de Israel como en sus probables resultados en el devenir del Medio Oriente.
El colapso del presente gobierno israelí
El sorpresivo ataque que fuerzas bien entrenadas de Gaza iniciaron en la mañana del 7 de este mes contra los kibutzim y las aldeas localizadas en el sur de Israel pondrá en grave aprieto al primer ministro Benjamín Netanyahu.
No es secreto que altos funcionarios egipcios le advirtieron semanas antes que el liderazgo de Gaza preparaba un ataque conforme a una estrategia no convencional. Netanyahu (Bibi, en el lenguaje popular) y sus asesores apenas atendieron esta advertencia. Prefirió multiplicar la actividad militar israelí en Judea y Samaria, territorios palestinos habitados hoy por más de medio millón de colonos judíos.
Torcida y errada conducta que a su debido tiempo será uno de los cargos que atenderá el tribunal que habrá de juzgarlo.
A este asunto se sumará una cuestión personal: la ausencia de sus hijos en el amplio esfuerzo militar que Israel despliega en estos días.
Un hecho imperdonable en nuestro país donde, después de los tres años de obligatorio servicio militar, mujeres y hombres forman parte de la reserva hasta los 40 años de edad. En momentos de emergencia, todos reciben la orden de presentarse en sus correspondientes unidades.
Los dos hijos de la familia Netanyahu resolvieron ignorar esta prescripción. Prefirieron la estancia en Miami y en Londres, decisión que rebaja considerablemente la estatura de Netanyahu en el público tribunal.
La suerte de los secuestrados
Como resultado de la sorpresiva y sorprendente invasión desde Gaza, más de doscientos israelíes, incluyendo mujeres y niños, se encuentran en manos del Hamás. Realidad que plantea un áspero interrogante: ¿qué hacer primero? Aatacar y después liberarlos? ¿O negociar primero el regreso de los prisioneros y después decidir si conviene negociar o agredir?
En los últimos días Israel inició la ofensiva militar contra los líderes del Hamás refugiados en los hospitales y en los sótanos que se encuentran en el norte de Gaza. Arriesgada iniciativa que pone en peligro a los prisioneros. No cabe duda que si son cercados la muerte será la suerte de estos.
Ante esta sombría perspectiva los israelíes colman las calles de las principales ciudades del país con un mensaje: la vida de los secuestrados tiene prioridad.
¿Escuchará el gobierno de Netanyahu esta unánime solicitud? Tal vez tendremos respuesta en próximas horas.
* Docente e investigador israelí, residente en Jerusalén.
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