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En 2022, 196 países, incluyendo a Colombia, se reunieron virtualmente en la ciudad china de Kunming y después en Montreal, Canadá, para discutir conjuntamente cómo detener y reversar una de las crisis planetarias que tiene un impacto devastador en la Tierra: la pérdida de biodiversidad. (Le puede interesar: Especies cavernícolas: el secreto que esconden las cuevas de Caquetá y Amazonas)
En el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica, firmado en 1992, Colombia ratificó nuevamente su compromiso ineludible de asegurar la conservación, restauración y gestión sostenible de su magnífica biodiversidad y se unió al coro desesperado de expertos, científicos, tomadores de decisiones, activistas, jóvenes y preocupados por la naturaleza para desarrollar un nuevo marco global de biodiversidad, una nueva hoja de ruta.
Se unieron con el objetivo de asegurar que al menos el 30 % de las áreas naturales terrestres, marinas y costeras del mundo estén adecuadamente conservadas a 2030, con un sistema de indicadores basados en la ciencia que le permita a la humanidad medir su progreso en el tiempo.
Junto con el cambio climático y la contaminación, la acelerada pérdida de biodiversidad, que según los científicos se puede comparar con una sexta extinción masiva, no se trata solamente de que incontables especies de plantas y animales desaparezcan -de por sí ya una tragedia para la vida-, sino del deterioro irremediable de la salud de los ecosistemas y, por lo tanto, de la propia supervivencia de nosotros los humanos como especie. (Le recomendamos: Cinco elefantes muertos en país de África encienden alarmas por tráfico de marfil)
Dependemos, como cualquier otra especie viviente del mundo, de que los ecosistemas se mantengan saludables y entreguen sus servicios ambientales a las personas. Desde los más básicos, como la regulación hídrica o la estabilidad climática, hasta los relacionados con la espiritualidad, el esparcimiento o el asombro por el mundo natural.
Tras los tímidos resultados de las metas Aichi (creadas para salvar la diversidad biológica de cara a 2020), que el mundo no logró alcanzar, este llamado planetario, el Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad Biológica, les pide a los gobiernos, las empresas, la sociedad y la academia unir esfuerzos y tomar acciones en menos de 10 años para acelerar las decisiones, la acción política y los esfuerzos de las personas para detener esta crisis mundial y permitir que la naturaleza prospere en esta nueva realidad que es el Antropoceno.
Este Marco Mundial destaca 23 metas que los países deberán cumplir a 2030, si realmente se quiere vivir en armonía con la naturaleza. Dichas metas incluyen: acercar a cero la pérdida de superficies de suma importancia para la biodiversidad, incluidos los ecosistemas de gran integridad ecológica; adoptar medidas de gestión para la recuperación y conservación de las especies, en particular las amenazadas, y eliminar y reducir al mínimo las especies exóticas invasoras o mitigar sus efectos en la biodiversidad, entre otras. (También puede leer: Los pingüinos son claves en el reciclaje de hierro en las aguas de la Antártida)
Colombia debe liderar la implementación de este Marco dada su naturaleza de país megadiverso, aprovechando la oportunidad de la biodiversidad como una de las bases para construir una nación en paz, con una economía basada en el uso respetuoso de su naturaleza y con una repartición justa y equitativa de sus beneficios para todos los colombianos. Solo así lograremos superar esta crisis que amenaza nuestra permanencia en el planeta.
*Director General del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.