Volver a la vida con el Coronavirus

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10 de abril de 2020 - 02:00 p. m.
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Por: Juan Luis Castro, Médico Psiquiatra y Salubrista Público. Actualmente Senador por el Partido Verde

Entender que la implementación de la cuarentena es la solución a la pandemia, como si en uno o dos meses, cuando termine el confinamiento, el coronavirus hubiese pasado y todo volviera a la normalidad, es un error. 

Hablemos claro, está es una falsa esperanza, el confinamiento lo que está logrando es RETRASAR el progreso de una pandemia que terminará afectando a un 60% de la población mundial si no se hace nada. 

Es más, la cuarentena tiene dos propósitos: el primero, evitar el contagio indiscriminado, además de identificar nuevos casos con la posibilidad de confinarlos a ellos y su entorno cercano; pero el más importante era el de preparar el país para después de la cuarentena con ventiladores, exámenes diagnósticos a gran escala y el uso masificado de medidas de higiene y mascarilla.  

Si en junio termina el confinamiento, el virus estará en las calles esperándonos como si nada y seguimos sin estar preparados, pues la capacidad real de respuesta ante el virus no ha sido aumentada por falta de una estrategia clara. 

La solución definitiva es una vacuna que podrá estar lista para uso humano en un año y medio, y de ahí a que llegue a los más de 6 mil millones de habitantes del planeta, en el mejor de los casos, tomará otro año más. En otras palabras, tenemos un problema extremo de salud pública que tiene solución dentro de dos años o más y, de otro lado, tenemos una sociedad y una economía que no lleva ni un mes confinada y ya enfrenta su peor caída, quizá desde la gran depresión de los años 30.

Decía Arturo Calle hace poco que su nómina mensual es de unos 14 mil millones de pesos, que sin vender una sola camisa ya pagó a sus empleados los meses de marzo y abril, pero decía también que, a ese ritmo, no aguantará mucho más. 

Tanto el Gobierno Nacional como las principales ciudades y alcaldías del país han hecho esfuerzos tremendos para comprar mercados, pagar arriendos, diferir servicios públicos de las comunidades en la pobreza, a tal punto de gasto que buena parte de sus programas de gobierno ya no existen o están seriamente afectados. Sin embargo, ni el Gobierno, ni las alcaldías y gobernaciones podrán mantener este ritmo de gasto mucho tiempo.

Lo anterior sin mencionar un desempleo del 13% antes del coronavirus (quien sabe en cuánto está ahora), el dólar a $4.100, el petróleo del cual dependemos en extremo a 30 USD o menos, una caída del 50% en la entrada de remesas del exterior y numerosos sectores vitales parados, como son el de la construcción, la industria y el turismo.

No podemos decir, “arreglemos lo del coronavirus ahora y con la economía luego vemos que hacemos” porque el remedio será peor que la enfermedad. Nuestro país debe reactivarse pronto o corremos el riesgo de que el rebote de la economía no sea en “V” sino en “L”.

Pero entonces, ¿Qué hacemos? Pues la tesis que propongo y que buscaré sustentar en este escrito es que la humanidad debe prepararse para volver pronto a la vida cotidiana con el coronavirus. Muchos ahora encerrados en sus casas pensarán con miedo que no es posible, pero sí lo es. 

Desde luego no es para nada fácil ya que implica uno de los mayores ejercicios sociales, económicos y tecnológicos de nuestra historia. Vamos por partes:

1. Es posible vivir con cierta normalidad reduciendo el riesgo de contagio

Sí es posible reducir el riesgo de contagio del coronavirus a niveles funcionales. Lo han demostrado en Corea, China, Hong Kong y Singapur, quienes adoptaron medidas que hoy los tienen, poco a poco, regresando a su vida normal pese al virus. ¿Qué medidas son? Las ya conocidas: lavarse las manos, distancia preventiva entre personas (que disminuye en un 60% el contagio), ventilar los sitios cerrados y sobre todo usar tapabocas. 

La OMS corrigió su recomendación inicial de no usar tapabocas de manera generalizada, con todo y que ya había una gran cantidad de estudios y casos. Esta decisión fue motivada porque básicamente no había suficientes tapabocas en el mundo y estaban dejando al personal de la salud y a los contagiados sin ellos. Pero los orientales ya habituados a usarlos por problemas de contaminación del aire o por epidemias recientes, ya los tenían incorporados a sus vidas. Las estadísticas son contundentes: los países que promovieron el uso de tapabocas bajaron la curva y Corea del sur ha sido el ejemplo. 

Pero saben ¿dónde está la clave del éxito del uso del tapabocas? No tanto en evitar que los contagiados con síntomas propaguen la enfermedad, ya que la mayor parte de ellos están encerrados en una habitación. El gran acierto del tapabocas es que los enfermos asintomáticos del coronavirus no contagian a los demás, el virus no solo entra por la boca y nariz, también sale por ahí. Por otra parte, un efecto adicional y de igual importancia es que disminuye el tocarse la cara y aumenta la percepción de peligro de contagio aumentando el uso en la población.

El solo tapabocas, sin contar las medidas de higiene o aislamiento social, disminuye el contagio de 40% a 60%. De modo que, si la gente sale a las calles con tapabocas, ponemos a la industria a producir millones y reutilizables, los establecemos como obligatorios para ingresar a cualquier recinto, así como para estar en la calle, estaremos reduciendo considerablemente el contagio aplanando la curva y dando tiempo al sistema de salud para adaptarse.  

En este sentido es importante mencionar que la diferencia entre la máscara N95 y el tapabocas quirúrgico es prácticamente nula, así que usar tapabocas quirúrgico es totalmente aceptable y mucho más económico.

Ahora bien, pero no solo serán los tapabocas, también será necesario que haya más lavamanos y jabón que canecas de basura en las calles. Desinfectar las manos de toda persona que entre a cualquier parte, desinfectar superficies de todos los lugares públicos cada 15 minutos, avanzar hacia productos baratos masivos de desinfección general, que además sean inocuos. 

Hace poco vi un sistema de desinfección que usaba una manguera que arrojaba un roció de pequeñas gotas sobre una persona, la dejaba en buena medida desinfectada, y ella seguirá a su trabajo como si nada. Me imagino sistemas así a la entrada de todas las instituciones, empresas y lugares públicos. 

Finalmente habrá que seguir fortaleciendo el teletrabajo, el E Learning y el E Government, pero para las personas que necesitan estudiar o trabajar de manera presencial, que son muchas, habrá que cambiar horarios de trabajo y estimular los sistemas de transporte inteligentes como la bicicleta por ejemplo que evitaría el tumulto en el metro de Medellín y en transmilenio en Bogotá.

Hablo de una serie de medidas que al sumarse bajan el riesgo de contagio a niveles que permiten que la vida sea funcional con riesgos de contagio mínimos. Esto es posible, los seres humanos ya hemos hecho cambios culturales importantes, recuerden que ni nos dimos cuenta cómo sacamos los cigarrillos de los sitios cerrados o cómo bajamos a casi la mitad el consumo de bolsas plásticas.

2. Reactivación gradual

Con las medidas que antes mencioné, el Gobierno Nacional, alcaldías y gobernaciones deben precisar qué sectores pueden comenzar a reactivarse, algunos del comercio o sectores como la salud y el transporte. Por ejemplo, el sistema de salud es urgente reactivarlo, hay personas con cáncer que no han podido retomar tratamientos porque deben ir a otras ciudades, como también hay otros pacientes con sus tratamientos frenados.

Los sectores de la economía que sí están funcionando nos están demostrando cómo hacerlo, la industria de alimentos, por ejemplo, está a todo vapor, incluida toda su compleja logística y hasta los jóvenes que surten las estanterías. Lo mismo pasa con la industria farmacéutica. 

Sería interesante considerar someter ciertas regiones por su importancia económica y relevancia estratégica para el sistema de salud y pensar en un proceso de reactivación acelerada en sus territorios.

La reactivación gradual de la economía será un proceso de prueba y error (no puede ser de otro modo en algo de semejante envergadura) que se debería ir ajustando con rapidez en la práctica. Un ejemplo sería que los adultos mayores y personas con preexistencias como asma, EPOC, enfermedad coronaria, diabetes, obesidad, entre otros, deben usar máscaras y aislamiento siempre y su retorno debe ser con mayor cautela. 

Por supuesto, durante este proceso el Gobierno debe hacerse cargo de los adultos mayores que trabajan en la informalidad, no solo de los incluidos en el programa adulto mayor, sino de todos. En un acto de justicia social, se debería pensionar a todas las personas adultas mayores de Colombia que hoy no tienen ese beneficio, y lo deberían costear los bancos. 

3. Cuarentena intermitente

No podemos dejar de lado el sistema hospitalario, ya que pese a todo lo que se haga, muchos contagiados habrá. En el momento en que el sistema de salud se comience a saturar se debe volver a la cuarentena general y cuando la intensidad baje, se regresa al proceso de reactivación. A este proceso tipo acordeón, que va fluctuando entre darle vida a la economía y no dejar colapsar los hospitales le llama la experta internacional Zulma Cucunuvá, cuarentenas intermitentes.

Este proceso exige un fortalecimiento progresivo del sistema hospitalario: más respiradores, más equipos biomédicos, mejores pagos para el personal de salud. Entre más fuerte sea el sistema hospitalario, más pacientes críticos se pueden recibir y esto significa menos tiempo de cuarentena.  

En conclusión, el inicio de la cuarentena debe estar precedido de una meta puntual para adquirir más ventiladores, aumentar la capacidad hospitalaria y darle un respiro al sistema anticipando un brote.  Si esto no está incluido en la cuarentena es como hacer el trabajo a la mitad y nos impedirá que el tiempo entre estas se alargue.

4. Decenas de millones de pruebas rápidas

Estas pruebas que dan resultados en minutos son una estupenda solución para dar viabilidad a la vida diaria. Por ejemplo, en un examen que debe ser presencial los estudiantes se la pueden hacer antes de ingresar a clases; igualmente los operarios de fábricas o los enfermos habituales que van a una cita médica. Incluso los viajeros internacionales y algunos domésticos que van a regiones rurales aisladas donde no ha llegado el virus se les podría exigir la prueba antes del viaje. 

Si se popularizan y masifican las pruebas rápidas de coronavirus, de un lado serían una forma sencilla y eficiente de poder compartir espacios con menor riesgo y de otro lado, servirían para hacer miles y miles de detecciones de enfermos y evitar que sigan propagando el virus.

Hay que decir las pruebas rápidas no son tan efectivas como las pruebas de laboratorio, pero sí son un tamizaje que permite identificar personas muy posiblemente contagiadas. 

¿Recuerdan los años 80 cuando surgió el SIDA? Yo era un niño, pero recuerdo escuchar a adultos decir que el SIDA iba a terminar por matarnos a todos. En aquella época hubo mucha paranoia con esta enfermedad y se discriminó a mucha gente. No me quiero imaginar aquel tiempo con redes sociales.  Pues hoy el VIH es una enfermedad tratable, dejó de ser mortal, los enfermos no se curan, pero pueden vivir bien muchos años con la enfermedad. ¿Qué pasó? La gente comenzó a protegerse, el condón se volvió común en las relaciones sexuales y el nivel de contagio, manejable. 

En resumen, la aplicación a gran escala de exámenes diagnósticos permite identificar casos que necesitan ser aislados para que no contagien y hacer un seguimiento más preciso de la enfermedad. Esto ha sido recomendado por la Organización Mundial de la Salud y ha sido parte integral de la estrategia de países que han tenido éxito controlando esta pandemia.

He realizado una breve descripción de las medidas, desde luego los detalles de cada caso que faltan por mencionar son innumerables para este escrito, pero sí tengo la confianza que puede ser el inicio de una hoja de ruta para volver a la vida pese al coronavirus. 

Mientras no haya vacuna, no solo es posible, es urgente volver a cierta normalidad cotidiana pese al coronavirus y entre más pronto comencemos el proceso, menos daño tendremos como sociedad.

5. Realidad colombiana

Ahora viene una puja de fuerzas entre los que quieren que volvamos a la normalidad por la crisis económica que se está viviendo y los que tienen miedo por la posibilidad de contagio, y caer entre ese 20% que requerirá ser hospitalizado, o, en el 5% que morirá. Imagínese comprar una lotería para tener la oportunidad de quedar entre los 20 hospitalizados o entre los 5 muertos.

El país aceptó la cuarentena para darle tiempo al gobierno para prepararse a enfrentar el virus. Así las cosas, las preguntas al presidente Duque y su gabinete con respecto a la reanudación de las actividades son las siguientes:

Sobre el pago al sistema de salud y talento humano: ¿Giró todos los dineros de la ley de punto final para que le pagaran a las IPS y a el talento humano en salud? Solo a médicos especialistas se les debe alrededor de $20.000 millones en honorarios. Hay numerosos hospitales en el país donde al personal no le pagan hace más de seis meses. 

- ¿Adquirió suficientes test diagnósticos? para hacerlos en masa y hacer un rastreo y aislamiento de casos positivos con iteración por zonas estratégicas del país.

- ¿Consideró el cierre de zonas vulnerables del país para evitar llegada del virus? debido a la ausencia de servicios médicos y condiciones sanitarias adecuadas.

- ¿Adquirió los implementos necesarios de bioseguridad para que los médicos y las enfermeras y talento humano en salud puedan trabajar de manera adecuada sin arriesgar innecesariamente sus vidas?

- ¿Adquirió un mínimo de 10 mil ventiladores (punto intermedio) para enfrentar la cantidad de enfermos que se van a contagiar por el virus?

- ¿Dispone de la capacidad de dar tapabocas efectivos para el total de la población colombiana?, especialmente en ciudades que tienen transporte masivo y disposición de estaciones de lavado de manos a gran escala.

- ¿Hizo una evaluación del éxito de la cuarentena?

- ¿Están definidas las normas del aislamiento social? 

 

Quitar Cuarentena

 

 

 

Cumplió 

Si

No

Valor pregunta

Normas Bioseguridad THS 

X

1.5

Pago Ley punto Final

 

X

1.5

Tapabocas población

 

X

3

Ventiladores

 

X

1

Zonas Vulnerables

X

 

0.5

Evaluación Cuarentena

X

 

0.5

Test en masa

 

X

1

Distanciamiento Social

X

 

1

Puntaje Total

 

 

2

NOTA: Para eliminar la cuarentena el puntaje total debe ser igual o superior a 7.

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