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Aclaración del Ministerio de Defensa del Ecuador

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Columnistas elespectador.com
29 de octubre de 2010 - 02:53 a. m.
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Hemos leído con dedicada atención la entrevista que un periodista del diario El Espectador de Colombia hace al señor Ministro de Defensa Nacional del Ecuador, que se publica bajo el título “Ministro de Defensa de Ecuador: las FF.AA. tiene ambiciones políticas”, y que la revista América Economía lo reproduce. Al respecto, debo indicarles que este titular no corresponde a lo dicho, en toda la entrevista, por el señor Ministro de Defensa.

El señor Javier Ponce Cevallos, ministro de Defensa Nacional, a la pregunta del periodista “¿por qué cree que pasó?” (párrafo tercero), contesta: “Hemos estado viviendo un tiempo largo de movimientos conspirativos. La Constitución les dio el voto a los militares y a los policías, y eso produjo que sectores pasivos comenzaran a tener ambiciones políticas...”.

 Deben saber que los elementos pasivos de las Fuerzas Armadas ya no son parte del orgánico de la Institución Militar y que sus actuaciones en cualquier campo son de su responsabilidad total como ciudadanos civiles, y no tienen ninguna relación  con las Fuerzas Armadas.

por esta razón solicito, muy comedidamente, se realice la corrección y aclaración pertinente.

 Nixon Torres Rivas.  Director de Comunicación Social. Ministerio de Defensa Nacional. Quito.

El  ‘cacerolazo’

 La posición asumida en su editorial “Cacerolazo” es francamente incomprensible. Por una parte señala de oportunismo político la motivación, pero luego pasa a avalar la protesta  por la crisis de movilidad que vive la capital. Pero más allá de eso, me parece que el oportunismo es más bien del medio de comunicación que se aprovecha de que está de moda caerle al alcalde bogotano, sin dar espera a que muestre resultados, y se lanza a dar relevancia a un evento parroquial que, como era de esperarse, terminó siendo un ridículo. La muestra está en que ayer acudí a ver cuál era la información que tenían de tan importante protesta que mereció entregarle el editorial del periódico y con lo que me encuentro es con una mínima reseña en la sección de breves, porque es verdad que no daba para más. Se pifiaron esta vez,  por desviarse de aquello por  lo que más queremos sus lectores a El Espectador: que llama pan al pan y al vino vino, sin dejarse llevar por los gritos de la masa. Esta vez, con todo respecto, me parece que cedieron a la horda bulliciosa.

     Federico Cárdenas.  Bogotá.

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