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Ahora el Procurador soy yo

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Columnistas elespectador.com
14 de enero de 2010 - 03:32 a. m.
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Más que señalamientos, amenazas, agresiones, intimidaciones, chantajes, terror y miedo, muchos de ellos venidos desde los altos círculos del poder, el país quiere escuchar propuestas para superar la pobreza, la miseria y la injusticia, que son las raíces de buena parte de los problemas que afectan nuestra sociedad y causan la violencia generalizada, el atraso y la profunda crisis que está destruyendo nuestra convivencia ciudadana.

Desde luego que es utópico pensar que la solución a nuestros males se dará sin confrontación alguna, pero lo menos que podemos pedir es que ésta se tramite en forma civilizada, es decir, respetando las reglas del juego democrático desde las más altas esferas del poder, que no pueden ser otras que el respeto a la Constitución y la ley.

En este orden de ideas, viene al caso el reciente pronunciamiento del Procurador General de la Nación, en el sentido de declarar exequible la ley del referendo reeleccionista del presidente Uribe por segunda vez, pasándose por encima de la nulidad de la misma por vicios de trámite y de procedimiento, con el frágil argumento de que en este caso puede más la voluntad del pueblo, los cuatro millones de colombianos que votaron el referendo, es decir, el Estado de opinión que en estas circunstancias está por encima del Estado Social de Derecho.

Para dorar la píldora propone aplicar desde ya la Ley de Garantías Electorales, que se debió haber puesto en práctica desde noviembre pasado, para los candidatos presidenciales, a la cual se debe someter también el Presidente —candidato con todas las ventajas del poder, lo que en cristiano no pasa de ser un canto a la bandera, conocidos los ocho años de consejos comunales cada semana, el manejo de la prensa, la radio y la televisión, repartiendo plata a diestra y siniestra para familias en acción, contratos y Agro Ingreso Seguro para sus electores, manejando la emergencia social para la salud con sus millones de Sisbén, con los auxilios y exenciones para los grandes inversionistas y, además, con los condenados e investigados por parapolítica que en estos momentos empiezan a hacer política en “cuerpo ajeno” con sus familiares y parientes cercanos… y pare de contar, porque como dicen que dijo el “absolvedor”, “ahora el Procurador soy yo”.

 Tiberio Gutiérrez. Medellín.

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