Con el título “El último año” editorializa El Espectador (07.08.2009) los últimos 12 meses de la administración de Álvaro Uribe.
La verdad sea dicha somos muchas las personas que pensamos que el presente gobierno nos debe en lo social y en la seguridad ciudadana en las principales urbes colombianas y, por lo tanto, pedimos que el último año la labor presidencial esté concentrada, ahora sí, a los asuntos sociales y, en consecuencia, a la solución de situaciones problemáticas y que en el ambiente nacional se ven a diario: a una verdadera política de empleo, medidas para evitar el alza desconsiderada en los servicios públicos, garantías para que los ciudadanos desplazados retornen al campo, programas dirigidos a la población que carece de recursos económicos para que los hijos estudien en los niveles de bachillerato y en carrera profesional e ingreso a los servicios básicos de salud para comunidades de estratos bajos.
Mejor dicho, Álvaro Uribe debe destinar lo poco que le queda de su de su segundo mandato presidencial a cumplir con los programas sociales enunciados en las 100 propuestas expuestas hace más de siete años y en lugar de aumentar el presupuesto para el gasto militar, subir el destinado para educación y otros programas sociales.
Jorge Enrique Giraldo. Bogotá.
Escasez de agua
Estando en La Cumbre, Valle del Cauca, hemos vivido el severo racionamiento en el suministro de agua. El punto más alto del mismo fue el viernes 7 de agosto, día festivo: tuvimos servicio de agua unas pocas horas en la mañana. El servicio se dejó de prestar avanzada la mañana, sin previo aviso a los pobladores, para almacenar agua con el fin de cubrir las mínimas necesidades vitales en aseo y alimento.
Son las 8.00 de la mañana del sábado 8 de agosto, ha sido puesto el servicio con un mínimo caudal, inicialmente a las seis de la mañana, luego interrumpido y de nuevo colocado. El agua es igual a vida y mi pueblo, La Cumbre, en estos momentos es damnificado por carecer de agua suficiente.
El siguiente fin de semana se celebrarán las festividades del verano, de viernes a lunes festivo. Las autoridades municipales y Acuavalle tendrán que adoptar medidas, ingeniárselas para cubrir la necesidad de agua de los habitantes, de la población flotante de fines de semana e igualmente de los visitantes ocasionales que llegarán a La Cumbre atraídas por los tradicionales festejos.
Este problema de escasez de agua en La Cumbre, en tiempos de verano, viene de años y reclama soluciones. Más si se considera que La Cumbre es visitado debido a su clima, amabilidad de sus nativos y a la tranquilidad que se respira en su entorno por muchas personas de Cali y el Valle del Cauca.
Hugo Espinosa. Valle del Cauca.
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