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Al país hay que inventarlo

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Columnistas elespectador.com
20 de diciembre de 2010 - 02:54 a. m.
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Todos hablan de reconstruir el país. ¡Por favor, no lo reconstruyan! El país como era antes de ‘La Niña’ no era viable en infraestructura, en respeto ambiental y tampoco en dignidad humana.

Que terminen de hundirse las casas de los tugurios; las urbanizaciones que colonizaron las ciénagas, los pozos naturales, las riberas de los ríos; la minería que dañó los cauces de los ríos; los bosques talados, las tierras contaminadas; las construcciones aprobadas en zonas de riesgo; las carreteras tendidas en un dos por tres; la manga por hombro de las entidades regionales manejadas sin criterio humano, técnico ni ambiental.

Al país no hay que reconstruirlo: hay que inventarlo. Inventarlo para los campesinos, para las poblaciones de los barrios marginales con viviendas y servicios dignos, con acceso a una educación sólida. Hay que inventarlo partiendo del principio de que el ambiente no se negocia.

En fin, imaginarlo desde el corazón para los damnificados y para nuestro equilibrio ecológico. Esa es la responsabilidad histórica.

  Lina María Pérez . Bogotá.

Sanín y lo que calló Vargas Llosa

De nuevo Carolina Sanín emerge como la columnista más lúcida e independiente del país, con este artículo sobre lo que calló Vargas Llosa en la entrega del politizado Premio Nobel de Literatura 2010. Ya antes, hace poco, ella misma —en tanto escritora, entiendo— había sido clara y contundente con los escritores machos (o machos escritores) que coparon el evento francés de Les Belles Etrangères en medio de zancadillas y codazos para ascender en el escalafón de los narradores de ultramar, en donde “extrañamanente” figuraban también Antonio Caballero y Fernando Vallejo, poco adictos a los poderes de los Estados, los negocios y las editoriales. En eso de congraciarse con los poderes (incluido el académico) tienen un buen maestro en Mario Vargas Llosa. Este narrador subalterno no puede engañar a los lectores bien formados, así se parapete en su admiración por Victor Hugo, ese sí un paradigma de lo que es un escritor total. Dudo que el autor de Los Miserables hubiera aceptado el Premio Nobel. Gracias Carolina.

 

  Néstor Miranda. Bogotá.

 

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