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En la edición del periódico del domingo se público la entrevista realizada a la ministra de Educación, Cecilia María Vélez. Una de las preguntas cuya respuesta genera controversia fue la siguiente:
“¿Cree que los maestros en Colombia sí están bien formados?”, a lo que la Ministra responde: “Diría que tenemos que trabajar mucho. No estamos vinculando a la mejor gente. Todavía tenemos una formación muy tradicional...”. Una respuesta que abre otras preguntas sobre hasta dónde hablar de gente mejor y gente peor en el sector educativo. ¿Es pertinente en un sector que maneja no sólo capital económico sino social hablar en estos términos?
Es claro que la política pública que debería garantizar un proceso de formación docente siempre ha sido difusa con respecto a las necesidades de las escuelas y sus comunidades, así como con respecto a la preparación del profesorado. Se han presentado casos de maestros que se han retirado de la carrera docente por la falta de garantías para un proceso de formación. Personalmente me he encontrado ante la cruda realidad de hablar con los funcionarios públicos encargados del proceso de formación docente y escuchar respuestas como que “en este momento el Estatuto 1278 no tiene claro cómo se asignan y en qué condiciones las comisiones de estudios remuneradas para los docentes”, o escuchar frases del tipo “y cómo hago para un doctorado o una maestría en mi área si las ofertas son de tiempo completo y no puedo dejar de trabajar”. En este sentido es clara la contradicción de un Ministerio de Educación que pide calidad y formación cuando no hay espacios ni estímulos a los docentes. Una vez más el problema es que el recurso humano no está formado como debería, por lo tanto es necesario reflexionar sobre cuál es la política pública sobre la que se mide a un maestro. Esta preocupación surge ante respuestas tan ligeras a problemas de docentes vinculados con el último estatuto docente, que resulta desestimulante no sólo para la formación sino para la equidad laboral.
En síntesis, una política pública educativa que plantea con claridad qué busca pero no ha establecido concretamente cómo.
Andrés Castiblanco Roldán. Bogotá.
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