En estas dos últimas semanas han ocurrido dos hechos dentro de esta escalada de violencia permanente en la que se mueve el país desde hace varias décadas, que me han llamado poderosamente la atención y que me han llevado a plantear de manera pública la pregunta con que encabezo este comentario.
Pero para ser más exactos la pregunta debe ser: ¿cuánto vale un concejal vivo en Colombia? Porque después de escuchar que ante el secuestro de un concejal en Garzón, Huila, se ofrecen $1.700 millones de recompensa para quien colabore con las autoridades denunciando a los secuestradores, y de escuchar esta semana que en El Banco, Magdalena, después de asesinar a otro concejal las autoridades ofrecen $10 millones de recompensa por denunciar a los asesinos de este concejal, me asaltan varias inquietudes y preguntas, tales como: ¿por qué la diferencia en las recompensas por un concejal secuestrado y uno asesinado? ¿Será que a partir de la diferencia se motiva más a la población para denunciar a los que secuestran que a los que asesinan? ¿Será que entonces es mejor asesinar que secuestrar? ¿No será que a partir de la diferencia de las recompensas estaremos incentivando, consciente o inconscientemente, el vil negocio del secuestro? ¿Será que ese es el valor real de un concejal muerto y el de uno secuestrado? O entonces, ¿con qué criterios, cuáles son los parámetros para definir el valor de un concejal en Colombia? ¿Cuánto vale entonces un concejal amenazado, pero todavía vivo, como los que actualmente han sido amenazados en Bogotá y en otros rincones de la patria? ¿O existen concejales de primera, segunda y tercera categorías?
Estas son preguntas a las cuales no les he encontrado respuestas. Por otra parte pregunto: ¿cuánto vale un sindicalista en Colombia? Hago esta otra pregunta debido al informe que acaba de publicar en el 10 de junio la Confederación Sindical Internacional (CSI), en París, donde señala que Colombia una vez más en 2008 se mantiene como el país más peligroso del mundo para los sindicalistas, pues 49 dirigentes gremiales fueron asesinados en ese período contra 39 ocurridos en el año 2007. Finalmente, dice esta organización internacional que “pese al gran énfasis que pone el actual Gobierno en la seguridad, en 2008 se produjo un incremento preocupante del 25% en los casos de violencia antisindical, con 49 sindicalistas asesinados”. Hasta aquí la dejo para el análisis, la reflexión y el debate si se quiere.
Jorge Agudelo Moreno. Santa Marta.
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