Cuidado colombianos

Me sorprendió escuchar en las noticias las reacciones de algunos colombianos frente a las observaciones y recomendaciones que hizo el canciller Jaime Bermúdez a los nacionales que viajan a Venezuela.

Muchos compatriotas se mostraron en desacuerdo con las declaraciones de Bermúdez y aseguraron que se estaba formado  demasiado alboroto y que las  precauciones eran innecesarias y exageradas.

Debo confesar que en muchas ocasiones también he estado en desacuerdo con la forma en la que nuestro Gobierno ha manejado los problemas diplomáticos con el vecino país, pero esta vez creo que la advertencia de Bermúdez es oportuna y obedece a los últimos acontecimientos.

Si los colombianos que se encuentran en Venezuela están siendo estigmatizados por las autoridades de ese país y ahora son vistos como enemigos públicos, es necesario  que tomemos precauciones. El Gobierno está obligado a defender a sus ciudadanos y a protegerlos, como lo dijo el mismo Bermúdez, en cualquier lugar del mundo.

Para muchos puede ser una exageración, pero si no escuchamos por lo menos la voz de alerta, corremos el riesgo de que se nos vulneren nuestros derechos fundamentales, pues es claro que en Venezuela los ciudadanos colombianos no tienen garantías legales. 

 Julián Méndez Bogotá

Uribe y la política

 Un gran alboroto se ha desatado en los últimos días por cuenta de las declaraciones del presidente Álvaro Uribe, quien no deja de dar opiniones y hacer comentarios acerca de los candidatos a sucederlo. Creo que sus palabras  alborotan más los ánimos y crean un mal ambiente político para las próximas elecciones. Es claro que sus opiniones son fundamentales en el actual ambiente político, más para aquellos electores que después de ocho años de uribismo parecen estar en el limbo, aún no tienen claro por quién votarán y están a la espera de una luz que les muestre el camino. Calificar a unos de buenos, hablar de las bondades de otros o de los errores de aquellos es para muchos esa luz, y es la forma que tiene el Presidente de mostrar, indirectamente, a quién le está dando el guiño para que sea su sucesor. Eso es sin lugar a dudas participar en política y ciertamente una atribución que no debería tomarse el primer mandatario.

 Rodrigo Piñeros. Bogotá

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