Ante la crisis del sector salud, lo mínimo que podemos exigir al Gobierno es seriedad y objetividad, respecto de los argumentos que hemos expuesto quienes tenemos posturas críticas frente a las medidas.
Nada le aporta al país el que el Ministro defienda sus decretos tergiversando los planteamientos realizados la semana pasada en el Congreso, como lo hizo en entrevista con El Espectador.
En los distintos espacios en los que he participado, he expuesto mi gran preocupación porque el Gobierno no ha clarificado cómo va a financiar la unificación de los planes obligatorios del régimen contributivo y del subsidiado. Cuando se unifican en un solo paquete los servicios de salud para toda la población —lo cual es deseable— es imposible mantener un sistema de financiación como el actual. Nadie, no por insolidaridad sino por racionalidad económica, va a continuar contribuyendo cuando sabe que al resto de los colombianos les ofrecen los mismos servicios de manera gratuita, y menos aún cuando sabe, como lo consagran los decretos, que el tratamiento de las enfermedades de alta complejidad tienen que pagarlo con sus propios recursos. Mi ejemplo, que el Ministro pone malévolamente fuera de contexto, no es un problema de insolidaridad, sino una manera de mostrar la inviabilidad de su propuesta, de tener un solo paquete de salud mientras unos pagan por él y otros no.
Estas son las verdaderas respuestas que le debe el Ministro al país.
Cecilia López Montaño. Senadora de la República.
La columna de Eco
Con la arrogancia y prepotencia propias de algunos intelectuales, que por evidente falta de humildad, falsamente creen haber llegado a la plenitud del conocimiento, el señor Umberto Eco habla en su columna del domingo de “pruebas indiscutibles del evolucionismo”; como mandando callar a todo el mundo sobre este tema tan complejo y controversial. El señor Eco parece ignorar que si hay un tema donde se dividen las opiniones es en el del origen de la vida; un asunto en el que aun las ciencias más avanzadas se pronuncian con cautela, pues siempre sus postulados descansan en la fe (no necesariamente religiosa): a la hora de hacer sus afirmaciones siempre empiezan con un “los científicos creen”, “hace aproximadamente mil millones de años”, “es muy probable que”; de manera que pretender ser la última palabra en un asunto que da para tanto, es también falta de respeto por la opinión ajena. Hay áreas en las cuales uno debe reconocer la altura intelectual de este columnista, pero no por ello puede pretender erigirse como incontrovertible. Jorge Cardona. Bogotá.
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