Quisiera hacerles unas cuantas precisiones y respetuosas recomendaciones en bien de la verdad respecto del artículo titulado “Rodrigo Lara vs. Rodrigo Lara”:
Quisiera saber cuál es la fuente que les ha dicho que a mí en Neiva me conocían, o me conocen, como Armandito, porque sinceramente no recuerdo en qué momento de mi vida me han dicho de esa forma.
Toda la vida he sabido quién fue mi padre. Siempre mi madre me lo ha manifestado desde que tengo memoria, al igual que mi padrino de bautizo (Diego Ómar Muñoz Piedrahíta, ex congresista y ex gobernador del Huila) y a quien debo el nombre inicial de Rodrigo (por decisión de él fui bautizado como Rodrigo y no por voluntad de mi madre), y quien desde que tengo memoria me ha llamado más bien Rodriguito, por cariño, además por las pocas veces que pude compartir con mi padre, siempre sentí su cariño y supe que era su hijo.
Desde hace más de 25 años (tiempo de fallecido de mi papá) he tenido una relación estrecha con mi tío Jorge Lara Bonilla, hermano de mi papá, y que yo me acuerde jamás me ha llamado tampoco Armandito. Entonces, no es desde hace tres años que se sabe en Neiva que soy hijo de Rodrigo Lara Bonilla.
Desde que murió mi papá tuve la intención de realizar el reconocimiento del apellido Lara. Por cuestiones personales de mi madre no llevaba el apellido Lara, sin embargo, mi padre manifestó serios deseos de ayudarle, una vez se enteró de mi existencia cuando regresó de París, cosa que nunca requerí, gracias a su trabajo y orgullo.
La primera intención de reconocimiento se realizó en 1989, fecha en la que le manifesté a mi tío Jorge Lara dicha intención. En Popayán, con una jueza de Familia, quien me recomendó la elaboración de la prueba de ADN para tal fin, pero en esa época esa prueba no se realizaba en el país y, además, mis hermanos vivían en el exterior. Así que tuve que postergar hasta el año 2001 para dar inicio al juicio de reconocimiento. Las pruebas se realizaron a comienzos de 2003 y el fallo del Juzgado Tercero de Familia fue proferido en 2004, es decir, hace cinco años y medio. Desde esa época tengo el apellido Lara, algo que ha sido tomado de la manera más natural por mi familia, amigos, compañeros, entre otros. Aclaro que existió alguna intención o idea por parte de los médicos de genética de la Universidad Nacional de tener la necesidad de realizar una exhumación en caso de no poderse reconstruir el ADN de mi padre con el de mis dos hermanos. Afortunadamente, la reconstrucción del ADN se pudo realizar en el año 2003 solamente con muestras de sangre de dos de mis hermanos y una muestra de sangre de mi papá depositada en un libro el cual llevaba el día de su asesinato.
Rodrigo Lara Sánchez. Neiva.