Me dirijo a ustedes en relación con el artículo periodístico publicado en la sección Alto Turmequé del domingo 4 de abril, bajo el sugerente título “Embajador en problemas” y en el que se alude a una comparecencia mía ante la justicia de mi país.
En este sentido, deseo aclarar que efectivamente —y tal como todo ciudadano argentino obra ante un requerimiento judicial— concurriré a prestar declaración testimonial (es decir en calidad de testigo), ya que —como el propio articulista lo señala— he sido, hace una década, sobreseído total y definitivamente en esa causa, no teniendo por ende imputación alguna en el tema de marras. Aun cuando la legislación vigente, en mi condición de Embajador, contempla que puedo declarar por escrito, he resuelto concurrir personalmente al Tribunal en aras a la importancia de la causa, que tiene en el orden de 400 testigos.
A mayor abundamiento, informo asimismo que la declaración en cuestión no será el 30 de abril, como dice el artículo, sino que concurriré el 11 de junio del corriente año.
Martín Balza. Embajador de la República Argentina. Bogotá.
Superpoblación
Hasta el gobierno de Carlos Lleras Restrepo se habló en Colombia de la explosión demográfica, es decir, el aumento desmesurado de la población humana, la cual se trató de controlar. A la fecha, la Iglesia católica apoya el crecimiento poblacional, al no permitir métodos anticonceptivos diferentes al método rítmico.
La demografía fue creada por el economista inglés Thomas Robert Malthus (1766-1834). De familia rica, consideraba que la población pobre aumentaba por instinto sexual, y que la guerra se justificaba como un método que frenaba su crecimiento. Amigo de David Ricardo, uno de los ideólogos de la economía actual, fue muy cuestionado en su época. Sin embargo, Malthus dejó una orientación matemática para comprender el fracaso de los gobiernos para solucionar el hambre.
Malthus conceptuó y demostró que la producción de alimentos se comportaba como una progresión aritmética, mientras que el crecimiento de la población humana se comportaba como una progresión geométrica. Esto significa que la población humana crece mucho más rápido que la producción de alimentos, y que llegará un momento en que la hambruna azotará a la humanidad, porque la comida no alcanzará para tanta gente.
Malthus también calculó que la población humana se duplica cada 25 años. Así las cosas, si a la fecha somos más de 6.600 millones de habitantes, en 25 años seremos 13.200 millones.
Víctor Julio Sánchez Mora. Villavicencio.
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