Reciba un sincero mensaje de felicitaciones y reconocimiento, que le ruego haga extensivo a todos sus colaboradores de El Espectador, en el primer aniversario de retorno a la edición diaria del periódico.
En este país, la libertad de prensa se respeta sin someterla a discusión. Esa es una larga tradición de los gobiernos en Colombia y una enorme responsabilidad para la construcción de una sociedad pluralista, incluyente, en permanente debate, sin antagonismos insuperables, de base fraterna y no con odio de clases.
El Espectador nació como respuesta democrática en un momento de dificultades políticas y, hoy, se consolida como una herramienta de ese desarrollo democrático. Sigan adelante con su tarea, fieles a los principios de don Fidel Cano, con respeto por la verdad y el equilibrio informativo, que son virtudes del periodismo democrático.
Álvaro Uribe Vélez. Presidente de la República de Colombia. Bogotá.
El mundo al revés
Quiero felicitarlos por el artículo que publicaron el domingo sobre el amigo de Víctor Carranza. Siempre me ha llamado la atención la gran aceptación social de este personaje que lideró tantas guerras e hizo correr tanta sangre y que hoy vive tan campante, libre de cualquier persecución judicial y con sus amigos liderando nada menos que la principal empresa del país, Ecopetrol. Me pregunto, ¿será que es precisamente por esa aceptación social que la justicia no pudo —o no quiso— conformarle un buen caso? Al mismo tiempo, sin ser juez pero sí seguidor de noticias, me sorprende el contraste de la justicia, apoyada por los medios, en la persecución que le ha montado al general (r) Maza Márquez, el peor enemigo de Pablo Escobar y de Gonzalo Rodríguez, a quien ahora pintan como aliado de ellos para asesinar a Galán. Y todo basado en la declaración de uno de ellos mismos, el tal Ernesto Báez, que seguramente por los beneficios que recibirá pronto saldrá de la cárcel mientras el general Maza ocupa su lugar. No conozco personalmente al general Maza, pero sí lo he visto porque vive cerca de mi casa. Y, aun cuando las apariencias puedan engañar, siempre que lo he visto he pensado en que si no tiene grandes bienes es porque no entró en cosas sucias. No me he topado con Carranza, pero juraría que anda lleno de lujos. ¿Será que si Maza tuviera amigos poderosos y bienes prominentes estaría en las que está? Me da vergüenza patriótica decirlo, pero me temo que no.
Federico Cárdenas. Bogotá.
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