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El periódico El Espectador, en su edición del domingo 27, sección “Alto Turmequé”, en su nota “En desagravio a Arango Bacci”, crea un interrogante que vale la pena que tenga su aclaración pertinente.
Uno de los tantos actos de justo desagravio que se le han hecho al contraalmirante Arango Bacci, después de su absolución por parte de la Corte Suprema de Justicia, fue el que le ofrecieron la mayoría de las personas que de una u otra forma trabajaron y colaboraron con él en la organización y feliz celebración de los XX Juegos Centroamericanos y del Caribe-Cartagena 2006, los cuales el contraalmirante dirigió con eficiencia y pulcritud. Ese acto “no fue en la casa de Curi”, como lo dice la nota, tuvo lugar en El Club de Profesionales de Crespo, el día sábado 19 de diciembre, programado con mucha anticipación, en el entendido de todos de que Arango Bacci era inocente y sería absuelto.
Por ser testigo presente les cuento lo siguiente: “Estando en medio de este emotivo acto de solidaridad con el contraalmirante y que sirvió para estrechar vínculos adquiridos en los Juegos, Enrique Chartuny, para esa época eficiente secretario de Infraestructura de la Alcaldía de Cartagena, habló telefónicamente con su jefe de esa época, el ex alcalde Nicolás Curi Vergara y le contó dónde estaba. Curi Vergara, y justo sea reconocerlo, fue decisivo para que el Distrito de Cartagena cumpliera más allá de su compromiso con el éxito de los Juegos. Por ello se gestó una gran sinergia institucional y relación personal con el director de los Juegos.
Curi le reclamó a Chartuny no haberle avisado de este acto y de manera sorpresiva se presentó a la reunión para expresarle al contraalmirante su solidaridad y beneplácito. En unas cortas pero muy sentidas palabras comentó que se encontraba en una correría política de apoyo a su hija Marta, quien aspira a una curul en el Senado, y suspendió ésta para hacerse presente. Por todo lo anterior deduzco que su aparición fue espontánea y sincera. Espero que esta aclaración disipe el signo de interrogación que le produjo a la fuente informativa esta anecdótica circunstancia de tiempo y lugar.
Augusto Martínez Martínez. Cartagena.
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