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Día del Medio Ambiente en tiempos de paro

Espacios verdes y consumo local, ejes de la equidad

05 de junio de 2021 - 03:06 a. m.

Este año, la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente se tiñe de sinsabores por la tragedia de las muertes y la violencia, pero también de esperanza, por la reivindicación de los jóvenes exigiendo justicia y equidad. Hoy más que nunca, la paz se revela como pilar necesario y amalgama de una lista de pendientes, sin la cual ninguna de nuestras peticiones tendrían sentido.

Del mismo modo, el cuidado del clima y el ambiente en el que vivimos se vuelve prioritario, de la mano de estas generaciones que lo ubican a la par de la democracia, la equidad y la libertad, en la construcción de un futuro mejor para los colombianos.

Uno de los fundamentos para incluir las peticiones ecológicas en el universo de derechos exigidos constata que tras las prácticas que destruyen el planeta se encuentran los mismos intereses que atentan contra la distribución equitativa de los recursos, contra la posibilidad de acceder a alimentos sanos, empleos seguros y hábitats sustentables.

Las generaciones jóvenes no se dejan deslumbrar fácilmente por promesas vacías, ni tampoco por los espejismos caducos del desarrollo como la minería, los combustibles fósiles, la deforestación, el glifosato, la producción agroindustrial o los transgénicos. No pierden de vista que vivir en un ambiente sano es un derecho humano.

Según un reciente informe de Greenpeace, sobre los espacios verdes y áreas públicas en 34 países europeos, establece que en barrios con buen acceso a espacios verdes, las desigualdades socioeconómicas se redujeron. Al invertir en la reconstrucción de espacios públicos urbanos con mayor proporción de áreas verdes, se evidencian beneficios económicos, educativos, ambientales y sociales adicionales que contribuyen a mejorar la vida en nuestras ciudades. (WHO Regional Office for Europe. 2016. Urban green spaces and health – A review of evidence. Retrieved Jul 31 2017)

Hemos visto cómo han cambiado nuestras ciudades durante este tiempo; los espacios públicos se han convertido en un medio para expresar y superar las dificultades que estamos enfrentando como sociedad, uno de los pilares en donde se desarrolla la democracia.

¿En qué ámbitos podemos llevar adelante esta reconstrucción de la sociedad, en qué escenarios y en qué marco? ¿Qué necesitamos para la paz?

Para 2050, casi siete de cada 10 personas en el mundo vivirán en ciudades. Las ciudades consumen más de dos tercios de la energía del mundo y representan más del 70 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Y constituyen el ámbito de mayor crecimiento de la desigualdad a nivel global.

Debemos reconstruir nuestras ciudades y, a la luz de la situación social actual, las prioridades siguen siendo la equidad, justicia social y la sostenibilidad, como condiciones ineludibles para la paz. En ella, los derechos de las comunidades campesinas e indígenas y la protección de sus territorios deben estar siempre presentes.

En ese sentido, la falta de ratificación del Acuerdo de Escazú es una deuda que Colombia debe saldar con urgencia. Contar con una herramienta de protección de la vida e integridad de los defensores ambientales que vienen siendo amenazados, atacados y asesinados por proteger la naturaleza, así como garantizar la libertad de expresión y defensa del medio ambiente en todo el país, es una oportunidad única para la democracia.

En estos momentos de crisis es cuando la agricultura campesina, familiar y comunitaria de pequeña y mediana escala se valoran, por ser la base de la seguridad y soberanía alimentaria, las buenas prácticas, y la construcción de comunidad y es menester el fortalecimiento de redes de consumo local y apoyo a los mercados locales justos para favorecer a los productores y consumidores.

El empoderamiento de los jóvenes que están poniendo el interés colectivo y la protección del ambiente por encima de sus intereses individuales nos habla de esos derechos y nos invita una vez más a la lucha y la esperanza, en tiempos donde la vulneración y violación de derechos han sido descomunales. Urge que se respete el derecho a la vida, la libertad de expresión y a la manifestación pacífica ciudadana, núcleo fundamental de la democracia.

En esta era en la que las fuerzas de seguridad se deslegitiman, las instituciones defraudan, los líderes dudan, esta juventud se erige entre las luchas para recordarnos que no debemos rendirnos; hay un futuro en paz y es en un planeta sano y para todos.

* Directora de Greenpeace Colombia

 

Mar(60274)05 de junio de 2021 - 11:34 a. m.
Excelente columna, pero no creo que a este gobierno le interese nada que vaya en beneficio de nadie más que ellos mismos. Ojalá salgamos rápido de esta pesadilla de gobierno y se den condiciones donde si haya esperanza de un futuro y la gente y sobre todo los jóvenes puedan volver a soñar y a sonreír porque tienen derechos y una vida digna.
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